La visita del presidente de Brasil a Israel debería haber estado marcada por el hito de ser el primer jefe de estado brasileño que visita oficialmente la zona desde 1876, cuando lo hizo el emperador Pedro II. Si embargo, la visita del líder brasileño pasará a los anales por el boicot del ministro de exteriores israelí, Avigdor Lieberman.
Lieberman decidió no asistir a la intervención del presidente brasileño ayer lunes ante la Knesset, la cámara legislativa israelí, como protesta por la negativa de Lula a visitar la tumba de Theodore Herzl, fundador del sionismo contemporáneo. Lula sí visitará, por el contrario, la tumba del anterior líder palestino Yaser Arafat en Ramallah, según indica el periódico israelí Haaretz.
En la visita de Lula a la Knesset sí estuvieron presentes el presidente israelí, Simón Peres, y el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Otra de las razones que está detrás del gesto de Lieberman es la amistad y los vínculos que existen entre Lula da Silva y el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. En este sentido, Netanyahu afirmó ante el presidente brasileño que “Irán niega el Holocausto y llama a la destrucción de Israel, produce armas nucleares y apoya a terroristas” y, según Haaretz, le pidió cooperación para prevenir el desarrollo de armas nucleares por parte de Irán.
En otro orden de cosas, el presidente brasileño confirmó durante la visita su visto bueno a la firma de un tratado de libre comercio entre Israel y el Mercosur, del que Brasil forma parte.