En la sociedad agrícola de la antigüedad, la gente solía realizar actividades comerciales en los días de cosecha, ritos religiosos y festivales, actividades que se evolucionaron poco a poco en ferias de venta y exhibición de gran envergadura destinadas al intercambio de productos a fecha fija y en lugares fijos. Se trataba de la forma más temprana de la Expo Mundial. En el siglo V, Persia patrocinó la primera Expo cuya función superó la de las ferias.
En el siglo XVIII, con la constante aparición de nuevas técnicas y nuevos productos, la gente formó la idea de realizar exhibiciones similares a la feria, en la que sólo se exhibía y no se vendía con el propósito de dar a conocer y demostrar los nuevos productos y logros. En 1791 Checa organizó la primera exhibición de este tipo en la capital de Polaco. Con el progreso de la ciencia y tecnología y el desarrollo de la fuerza productiva, las exhibiciones se realizaban en envergaduras cada vez mayores y el radio de participación se extendió de un lugar a todo el país y de un país a países extranjeros, hasta devenirse en una Expo Mundial en que participan muchos países.