Por Manuel Pavón Belizón (SPANISH.CHINA.ORG.CN) -Varios medios chinos se han hecho eco últimamente de la alarmante disparidad existente entre las áreas rurales y las urbanas. Los ingresos de los residentes urbanos crecen de forma espectacular, mientras que los primeros también lo hacen, pero a una velocidad muchísimo más reducida. La brecha comienza a ser preocupante y el Gobierno en Beijing lo sabe.
La China actual se fundó con los campesinos como base, de ahí que la solución del problema de la desigualdad entre el campo y la ciudad es capital, en lo simbólico e ideológico, además de ser clave, en cierto sentido, para la legitimación del Gobierno del PCCh, que toma al campesinado como su raíz histórica.
Unas condiciones de desigual acceso a los beneficios del desarrollo chino puede generar una sensación de agravio comparativo en el campo y suponer un factor de desestabilización general. En China, la historia se utiliza muy frecuentemente como fuente de experiencia y la historia china enseña que muchos de los periodos más convulsos en el devenir del país se iniciaron en el campo, de ahí lo delicado de la situación y el empeño del Gobierno Chino en atajar la situación.
Por lo que hemos visto de las sesiones de la Asamblea Popular Nacional, existe un firme empeño de la administración del país, con medidas concretas, algunas de gran alcance y que requerirán de mucho tiempo y paciencia para implementarse.
Durante el año pasado, la situación financiera global y el temor a las repercusiones que la situación de la economía internacional podría tener sobre China levantaron cierta incertidumbre. Ahora, con la crisis superada y con China de nuevo sobre los raíles del crecimiento económico, es posible recuperar el impulso y, como dijo Wen Jiabao en su discurso ante la APN, “hacer la tarta de la riqueza más grande y repartirla mejor”.
Los informes presentados por el Gobierno muestran que la inversión por parte del Gobierno en la agricultura, el campo y el campesinado has crecido hasta totalizar 725.310 millones de yuanes, lo que supone un incremento interanual de 21,8 por ciento.
A ello se une la construcción de numerosas infraestructuras (escuelas, hospitales, carretaras) en las zonas rurales, la mejora del sistema de pensiones y la seguridad social y la reforma y saneamiento de viviendas en zonas desfavorecidas.
Pero, si bien las zonas rurales necesitan una atención especial por su relevancia, en las áreas urbanas también surgen necesidades.
Las políticas sociales del Gobierno para 2010 incluyen la activación de las políticas de empleo, con el objetivo de crear puestos de trabajo y dar salida laboral a los más de seis millones de nuevos graduados chinos que se licenciarán este año y que, como reconoció el Gobierno en su informe del 5 de marzo ante la APN, suponen una gran presión para el empleo. Por eso, se busca también apoyar las iniciativas emprendedoras.