El 3 de diciembre de 2009, los habitantes de Wenchuan pasaron por la Escuela Nº.1 de la población, levantada por los constructores de la provincia Guangdong. En el mismo día, se cumplieron felizmente las “diez obras de construcción relacionadas con la vida del pueblo de Wenchuan”, encargadas por la provincia Guangdong, en que se invirtieron en total 3.000 millones de yuanes.

Esos proyectos cubren diez áreas: la vivienda, la educación, la sanidad, el suministro de agua, la carretera, el bienestar social, la cultura y el deporte, los servicios públicos en el área rural, el transporte de los productos agrícolas y la prevención de desastres naturales.

El 8 de febrero de 2010, el periódico estadounidense Washington Post publicó un artículo titulado ‘Los grandes esfuerzos dieron una vida nueva a las zonas chinas afectadas por el sismo’. Su contenido es el siguiente:

Por la noche, muchas parejas de Wenchuan practican bailes de salón en el Centro Cultural recién construido, moviendo su cuerpo tranquilamente en el corazón de una ciudad destruida por el gran terremoto en 2008. En la calle junto a la nueva comunidad “Casa del Sol”, varias personas se mudan a su nueva vivienda. Las mujeres de la etnia Qiang, con vestidos de colores llamativos, esperan en cola a la puerta de un nuevo hospital que fue construido en sólo 90 días y que cuenta con 200 camas.

“Nos hemos recuperado bastante rápido”, dijo Song Jinfeng, responsable de un proyecto de reconstrucción. “Lo primero por reconstruir son las viviendas, luego las infraestructuras y servicios públicos y por último los puestos de trabajo”.

La clave del éxito son los 11.000 millones de dólares asignados por el Gobierno Chino a los trabajos de reconstrucción, una opción de la que, por desgracia, no dispone la empobrecida Haití. Aunque el ingreso anual per cápita de las zonas de Sichuán afectadas por el sismo sólo es de 3.000 yuanes aproximadamente, la floreciente economía china y el aumento rápido de los ingresos del Gobierno Central significan que en China no hay escasez de fondos (para la reconstrucción).

Fueron las poderosas industrias de manufactura y construcción las que han dado alas a China, las abundantes experiencias en la ingeniería, así como las reforzadas infraestructuras del transporte. Otro factor más profundo que explica su ventaja es el estricto sistema socialista de China, que adapta la respuesta a dicha crisis y que puede establecer una meta clara sin un largo debate.

Las obras de reconstrucción de Wenchuan ha sido estrictamente supervisada por el Gobierno Central de China. Los altos dirigentes del Estado han hecho varias visitas a las zonas afectadas por el terremoto, prometiendo que harán todo lo posible para ayudarles levantarse de nuevo. Además, el Gobierno Chino ha ordenado también a todas sus provincias, regiones y ciudades grandes que eligieran un pueblo afectado como objeto de ayuda, ofreciéndole apoyo financiero y técnico.

La familia de la profesora Zhang Xia, de 40 años, se ha mudado a su nueva vivienda, con una superficie de 100 metros cuadrados en la ‘Casa del Sol’. “A veces sentía mucho miedo, pero ahora por fin he encontrado mi propia casa”, dijo Zhang.

Lu Caiqiong, de 37 años, perdió a su hija en el terremoto. Con el permiso del Gobierno, Lu ha podido tener otro hijo que ahora tiene sólo seis meses. “Había tanto dolor, la tristeza y la presión económica... No podemos saber cómo será el futuro, pero parece que ya hemos logrado un nuevo comienzo”, manifestó la mujer.