Los macaenses pueden ser muy entusiastas, es lo que me ha dicho mucha gente. Hoy lo he comprobado yo misma. Al preguntar por una dirección en la calle, no podía comprender lo que me decía el anciano a quien le pregunté. Entonces, una persona mayor acudió corriendo para indicármelo. Un gesto que me produce verdadera admiración.
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