Todos los habitantes locales de Macao conocen el lugar Rotunda de Carlos da Maia. Se encuentra en un barrio antiguo y es tan viejo que no puede hacerse comparación con la prosperidad del Macao actual. En el centro de las antiguas callejas, se encuentra este sitio para el descanso, de forma circular. Allí se levanta un pilar, en cuyo pico se ven tres lámparas, lo que dio otro nombre al lugar, “Sanzhandeng” (tres lámparas).
En este barrio se venden comidas del Sureste Asiático, incluidos pasteles indios, delicias birmanas, sopa de pescado, arroz al curry y pescado frito, entre muchas otras.
En Macao se puede encontrar todo tipo de comida del mundo, desde la de Beijing, la de Sichuan, Portugal, Corea del Norte, Tailandia, Myanmar, Francia, Italia, etc.
Además de todo esto, Macao cuenta también con sus propios platos, que dejan una profunda impresión a los turistas. Entre ellos destaca el pan con chuleta de cerdo. Todos los días se puede ver que los viajeros procedentes de los diversos países del mundo hacen cola para comprar esta comida.
En la calle “5 de Octubre” nos encontramos con el señor Li, dueño de la tienda Lixiji de Shunde Daliang en Macao. Li dice orgullosamente: “tenemos nuestra propia granja en la aldea Quanbang en Shunde Daliang. Así que la leche fresca se transporta desde la aldea a Macao cada dos o tres días. Nuestra Jiangzhuangnai (leche Jiangzhuang) es la más rica de Macao”.
Esta calle fue próspera anteriormente, pero en los últimos años se ha vuelto cada vez más solitaria. Ante el mal entorno comercial, Li no plantea cerrar su tienda. “Un producto bueno tiene clientes esté donde esté, ¿no? Quizás en poco tiempo mi tienda tendrá buenas ventas”.
Un verdadero ejemplo de “persistencia”. Precisamente debido a la persistencia de los comerciantes, Macao ha logrado conservar tantos tipos de comidas.