Los juegos de beber en China se generaron en la dinastía Zhou del Oeste y se perfeccionaron en la dinastía Tang. Fueron muy populares entre los funcionarios y los eruditos, quienes solían practicarlos junto con la creación artística y el canto de poemas.
Los juegos de beber están divididos en dos tipos, el elegante y el general. Sobre el primero, se elige un jefe, quien se encarga de crear la primera frase de un verso y los demás la continúan respetando su contenido y su estilo. Aquellos que canten erróneamente deben tomar una copa de licor como multa.
En cuanto al segundo, los participantes tienen que crear poemas de manera improvisada citando frases clásicas y cantando según la melodía. Este juego requiere tanto el talento literario como la inteligencia y la reacción rápida, y se práctica tirando dados, mediante sorteos y jugando a la morra. Es una forma de diversión muy popular, puesto que puede crear un ambiente animado. Sin embargo, debido a lo ruidoso que llegar a resultar, a veces se muestra algo bárbaro.
Los juegos de beber demuestran tanto el carácter hospitalario de los chinos de la antigüedad como su sabiduría e inteligencia.
Un juego destacado es el tiro de arco. En tal competición, los perdedores deben tomar licor como castigo. En la dinastía Zhou del Oeste, los participantes en el banquete solían tirar flechas hacia un jarrón. Con idéntico resultado, el que ocupara el último puesto debía beber.
En términos generales, el licor constituye el principal castigo en los juegos con la bebida, aunque su función es simplemente la de crear un ambiente animado. Además, durante un banquete, en muchas ocasiones hay huéspedes que no se conocen mutuamente; con la práctica de estos juegos, ellos pueden relacionarse rápidamente.
Los literatos practicaban los juegos de beber a través del canto de poemas, creando pareados y jugando a los enigmas con caracteres chinos, mientras que las personas del común se divertían sin ninguna modalidad fija.
Entre los numerosos juegos, el más popular es la morra. Los dos jugadores esconden un puño detrás de la espalda y extienden el número de dedos que mostrarán posteriormente sin que el oponente los vea. Después cada jugador dice el número de dedos que cree que habrá entre las dos manos y, simultáneamente, sacan las manos a la vista. El jugador que haya acertado gana. Si ninguno lo ha acertado, se vuelve a empezar.
‘Tocar el tambor llevando una flor’ es otro juego popular entre los chinos. En él, los jugadores deben sentarse en un círculo. Una persona se encarga de tocar el tambor desde otro lugar, mientras que el resto deben pasarse la flor de uno a otro al oír el sonido del tambor. Cuando se detiene el toque de tambor, el que tenga la flor en sus manos tiene que beber como castigo. Por eso, todos pasan rápidamente la flor a su vecino para evitar la multa.
El tocador percute el tambor a diferentes velocidades, a veces rápido y a veces despacio, con el propósito de crear un ambiente tenso. Es un juego adaptado a todo el mundo, aunque se práctica principalmente entre las mujeres, tal como se muestra en la famosa novela Sueño en el Pabellón Rojo.