En esa época las piezas de vidrio ya no eran muy translúcidas, y de ahí deriva el origen del otro nombre por el que eran conocidas: “jade para medicinas”. A modo de ejemplo, los adornos para la ropa que el monarca regalaba al funcionario que obtenía las más altas calificaciones en los exámenes para acceder a palacio, estaban hechas de este material.