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En China existen muchas religiones, de las cuales las principales
son el budismo, el taoísmo, el islamismo, el catolicismo y el protestantismo.
En la actualidad, el país tiene más de 100 millones de creyentes
en diversas religiones, más de 85.000 locales de actividad religiosa
y más de 3.000 organizaciones religiosas locales. De los más
de 300.000 clérigos profesionales, unos 200.000 son monjes budistas
de ambos sexos, 25.000 monjes y monjas taoístas, 40.000 imanes
y ahongs, 4.000 personas dedicadas a los oficios católicos y 18.000
pastores y predicadores protestantes.
La Constitución de la República Popular de China estipula:
“El ciudadano de la República Popular China goza de libertad
de credo”. “Ningún organismo estatal, organización
social o individúo puede obligar a ciudadano alguno a profesar
o no cierta religión, ni puede discriminar a los ciudadanos por
sus creencias religiosas”. “El Estado protege las actividades
religiosas normales”. La Constitución también estipula:
“Ningún individuo debe utilizar la religión para socavar
el orden social, perjudicar la salud de los ciudadanos y estorbar las
actividades del sistema educativo del Estado”. “Las asociaciones
religiosas y los asuntos religiosos no deben ser dominados por fuerzas
extranjeras”.
La Ley de Autonomía Etnica Regional, los Principios Generales
del Código Civil, la Ley de Educación, la Ley del Trabajo,
la Ley sobre la Educación Obligatoria, la Ley Electoral de las
Asambleas Populares, la Ley Orgánica de los Comités de Aldeanos
y la Ley de Avisos Publicitarios de China también estipulan: El
ciudadano, sin importar su creencia religiosa, goza de los derechos de
elegir y ser elegido; las propiedades legales de las organizaciones religiosas
son protegidas por la ley; la educación y la religión están
separadas, el ciudadano goza de igual oportunidad para recibir la educación
según la ley no importa cual sea su credo religioso; las diversas
etnias deben respetar la lengua, la escritura, las costumbres y la creencia
religiosa de los demás grupos; los ciudadanos no pueden ser discriminados
en la obtención de empleo por la diferencia de creencia religiosa;
las propagandas y marcas comerciales no pueden tener contenidos discriminatorios
étnicos y religiosos.
El Gobierno chino ha promulgado los Reglamentos de Administración
de los Locales de Actividades Religiosas para salvaguardar los derechos
e intereses legítimos de los dichos sitios. Los Reglamentos para
la Administración de las Actividades Religiosas de Extranjeros
en el Territorio de la República Popular China respetan la libertad
de credo de los extranjeros dentro del territorio chino, protegen los
intercambios amistosos y las actividades culturales y académicas
entre los extranjeros y con los círculos religiosos chinos en el
sector religioso.
Las leyes chinas estipulan que, a la vez que goza del derecho a la libertad
de credo, el ciudadano debe asumir la responsabilidad estipulada por la
ley. En China, cualquier individuo, organización social, incluyendo
cualquier religión, debe salvaguardar los intereses del pueblo,
la dignidad legal, la unidad étnica y la unificación estatal.
Ello responde a los documentos de derechos humanos y los convenios de
la ONU.
Mientras protege las actividades normales religiosas, el Estado ataca
resueltamente las actividades criminales ilegales y las actividades contra-revolucionarias
bajo el disfraz de la religión, así como las diversas actividades
supersticiosas no pertenecientes al ámbito religioso que afecten
al orden social y la vida y los bienes del pueblo.
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