Al cabo de la construcción por más de 50 años y gracias, sobre todo, a la reforma y la apertura en los últimos más de 20 años, la economía del Tíbet ha evolucionado gradualmente de una estructura dependiente de la "transfusión de sangre" a una capaz de "producir sangre por sí". En 1988 se rompió el récord "cero" en los ingresos fiscales regionales, los cuales sobrepasaron los 100 millones de yuanes en 1992 y se aproximaron a los 200 millones de yuanes el año siguiente. En 2004 los ingresos fiscales del Tíbet ascendieron a 1.119 millones de yuanes, con un incremento de 19,5% sobre año anterior según precios constantes. De esta suma, 1.002 millones de yuanes correspondieron a los ingresos presupuestarios generales, con un aumento de 22,9%; y dentro de estos ingresos, los generados por el impuesto al valor agregado se acrecentaron en 14,5%, y los generados por el impuesto a los negocios, en 8,5%. Así, los ingresos fiscales locales alcanzaron el 5,7% del PIB.
En 2004 el PIB del Tíbet totalizó 21.154 millones de yuanes, para un aumento de 12,2% sobre el año previo según precios constantes. En términos concretos, el valor agregado del sector primario fue de 4.333 millones de yuanes, 4,9% más; el del sector secundario, 5.761 millones de yuanes, 17,4% más; y el del sector terciario, 11.060 millones de yuanes, 12,8% más. El PIB por persona se elevó a 7.779 yuanes. Por sus valores agregados, los sectores primario, secundario y terciario representaron el 20,5%, el 27,2% y el 52,3% del PIB regional, respectivamente, mientras que el peso específico del sector primario bajó en 1,5 puntos porcentuales y los de los sectores secundario y terciario ascendieron en 1,2 y 0,3 puntos porcentuales en uno y otro caso.
|