A finales de los 1970, China empezó a aplicar ampliamente la política de planificación familiar, proponiendo un niño por matrimonio, con el fin de recortar el rápido crecimiento poblacional. Pero en el Tíbet, el Gobierno Central ha estimulado al gobierno de la región autónoma a adoptar una política de incrementar la población de la etnia tibetana y otras minorías étnicas y mejorar su calidad. El gobierno regional ha introducido políticas especiales a la luz de las condiciones locales. La política de un niño ha sido aplicada solamente a los funcionarios y empleados hans que trabajan en el Tíbet, mientras que los funcionarios y empleados tibetanos están cubiertos por esta exigencia. En 1984, el gobierno regional comenzó a proponer la planificación familiar entre los funcionarios, trabajadores y residentes urbanos de la etnia tibetana, animando a los matrimonios deseosos de tener un segundo niño a hacer tal con dilación. Actualmente, los practicantes de la planificación familiar componen el 12% de la población total. La planificación familiar se ha llevado a efecto sobre la base de la voluntad propia. Se prohibe el aborto forzado bajo cualquier forma. Los campesinos y pastores, quienes representan el 88% de la población total de la región, no están incluidos en la política de planificación familiar. Pero se les educa respecto de los métodos científicos de anticoncepción, el arreglo racional de nacimientos y la buena procreación y crianza, con vistas a proteger la salud de las madres y los bebés y elevar la calidad de la población. Adicionalmente, los departamentos gubernativos de salud ofrecen servicios de salud seguros y confiables a los campesinos y pastores que por voluntad propia piden ayuda para el control de procreación.
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