Altos costos

El glamour, el aumento del prestigio y proyección internacional de la moda de altura en realidad han incrementado las compras de los consumidores de moda rápida y barata, porque las vestimentas asequibles de las tiendas de rebajas hacen que la gente sienta que están obteniendo más por una oferta.

Una colega mía recientemente gastó en París una fortuna por una pequeña bolsa de mano de una “aún poco conocida” , por lo tanto exclusiva, marca, presuntamente por su “exquisito trabajo manual”, pero más proablemente por su descuento del 20%.

Cuando cada ama de casa lleve un bolso de mano de LV, será tiempo de que el propietario de una marca diseñe la siguiente etiqueta.

Con el consumo ahora elevado por muchas personas como el único raciocinio de esta vida, las tiendas regularmente seducen a los consumidores a regresar y obtener cualquier cosa que sea nueva. Ésta es una manifestación del fenómeno de “consumo continuo” o el “efecto Costco”. Compra regularmente, compra “fresco” y compra mucho de lo que estás comprando.

Cuando te das cuenta de que “los bajos precios que los estadounidenses esperan ahora pagar por la ropa están construidos alrededor del costo de producción de otros países”, te estás acercando a las consecuencias ambientales del consumo desenfrenado.

De acuerdo al libro de Cline, Estados Unidos desecha un total de 12.7 millones, o 68 libras de prendas por persona al año.

Esto explica parcialmente por qué algunos países asiáticos están fabricando ropa en una escala atemorizante.

Estos países de Asia están pagando la “opulencia” estadounidense, con aire y aguas contaminados, una juventud perdida, horas extras, reubicación forzada y su propio dinero.

Para evitar volverse esclavo de la moda rápida, o de cualquier otra moda, uno debe adquirir una habilidad personal común que aprendí la semana pasada.

Si no puedes hacer tu ropa desde cero, aprende cómo hacer las reparaciones básicas, como coser un borde o pegar un botón.

Tal como estamos aprendiendo de los beneficios de la “comida lenta”, también podríamos aprender a apreciar los beneficios de hacer nuestras propias prendas y volvernos hacia los recursos locales de materiales.