El monje Dampa Rinchen aseguró hoy viernes que los religiosos budistas confían en el gobierno para la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto del 14 de abril en la provincia noroccidental china de Qinghai, y ayudarán a ese objetivo cuando sea necesario.
"El gobierno ha demostrado una gran eficiencia en las labores de rescate tras el seísmo. Los monjes tibetanos han sido muy activos para ayudar siempre que ha sido necesario", dijo el veterano monje a Xinhua.
Los religiosos budistas han estado también rezando y cantando oraciones, además de dar apoyo psicológico y religioso a los afectados por el desastre natural en la prefectura autónoma tibetana de Yushu, en el sur de Qinghai.
Hasta el momento, el sismo ha provocado la muerte de 2.187 personas, además de dejar heridas a otras 12.135, de las cuales 1.434 se encuentran en estado grave, mientras que otras 80 permanecen desaparecidas.
El templo budista tibetano en Jiegu, uno de los más afectados por estar ubicado muy cerca del epicentro, se vino abajo en el temblor, lo que ocasionó el fallecimiento de ocho monjes y causó lesiones a otros 22.
Tras su reconstrucción, el templo albergará a niños que han quedado huérfanos a causa del seísmo y a personas mayores que no tengan familia, añadió.
La prefectura de Yushu tiene unos 200 templos budistas. En tres de los más grandes, incluido el de Jiegu, viven más de 500 monjes.
La de Yushu es una de las 10 prefecturas autónomas de la etnia tibetana en China. Más del 90 por ciento de los 350.000 habitantes de Yushu pertenecen a ese grupo étnico y en su mayoría profesan el budismo tibetano. Fin