El Acuerdo de Copenhague, un acuerdo sin obligatoriedad legal, surgido de las conversaciones sobre el cambio climático en la capital danesa, establece una sólida base para una nueva ronda de cooperación global sobre el cambio climático, comentaron expertos chinos hoy aquí.
"El acuerdo, producto de arduas conversaciones, es un significativo logro en el proceso de negociaciones del Mapa de Ruta de Bali", dijo He Jiankun, profesor de energía de la prestigiosa Universidad Tsinghua, y miembro del Panel Nacional de China sobre Cambio Climático.
"El consenso pavimentará el camino para la próxima ronda de negociaciones y preparará el surgimiento de un acuerdo legalmente obligatorio", comentó a He a Xinhua. Dijo que los intereses fundamentales de los países en desarrollo quedaron plenamente reflejados debido a que el principio de "responsabilidades comunes pero diferenciadas" se mantuvo en el acuerdo.
Las preocupaciones de los países y regiones vulnerables al cambio climático, incluyendo las naciones menos desarrolladas, los pequeños países isleños y los de Africa, están atendidas en el acuerdo, mencionó.
Los países desarrollados se comprometen a movilizar en conjunto 100.000 millones de dólares USA al año para el 2020 con el fin de atender las necesidades de los países en desarrollo, señala el acuerdo.
"Esta es la primera vez que un documento sobre conversaciones de cambio climático ofrece un monto prometedor de dinero", dijo He.
La opinión tuvo eco en Pan Jiahua, director del Centro de Investigación sobre Desarrollo Sustentable de la Academia China de Ciencias Sociales.
"Aunque el acuerdo no es legalmente obligatorio, asume una clara postura para limitar el aumento de la temperatura global hasta 2 grados centígrados y es específico sobre el monto esperado del financimiento", mencionó Pan.
Los expertos también coincidieron en que China desempeñó un papel positivo para dar forma al acuerdo y demostró su determinación y sinceridad para combatir el cambio climático.
Dos semanas antes de la inauguración de la cumbre de clima que inició el 7 de diciembre, China anunció que reducirá entre un 40 y un 45 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono por unidad del Producto Interior Bruto (PIB) en 2020 respecto a los niveles de 2005.
A pesar de sus cumplidos hacia el acuerdo, los expertos preveen que las negociaciones futuras no serán fáciles.
El acuerdo indicó la dirección que seguirán las conversaciones aunque serán más complicadas y arduas, comentó Pan.
Añadió que tanto los países desarrollados como los países en desarrollo necesitan fortalecer la mutua comprensión y compromiso para los intereses compartidos de toda la raza humana.
"Un acuerdo legalmente obligatorio es la expectativa de toda la población del mundo", añadió He. Fin