Arme Tsering celebró su aniversario 118 el lunes en su residencia de los suburbios de la capital, Lhasa.
Tsering nación el 16 de marzo de 1891 en una pequeña villa de la prefectura de Ngari. Cuando contrajo matrimonio se mudó al condado de Lhunzhub, con su esposo, a unos 40 kilómetros al noreste de Lhasa, por allá de los años 30.
“Feliz cumpleaños a ti, feliz...” le cantaban en tibetano y mandarín mientras cortaban el conmemorativo pastel. Tres mujeres tibetanas, todas ellas oficiales de la villa, cantaron una canción en tibetano para congratular a la anciana. “De todas las personas que conozco, nadie tiene tanta suerte como tú...”, decía una de las canciones.
Lamentablemente, Tsering no pudo ver o escuchar a quienes la felicitaban: ha perdido los sentidos de la vista y el oído. La anciana permaneció sin movimiento durante la ceremonia mientras su hija le alimentaba con un poco de pastel. Sin embargo, Tsering esbozó una leve sonrisa cuando su bisnieta de nueve años, Medo Drolma, le embadurnó con crema de pastel las mejillas y naríz.
Tsering tampoco puede hablar mucho, aunque a veces logra articular los nombres de sus familiares. La mayor parte del tiempo su cara permanece sin expresión, excepto cuando un acceso de tos le hace fruncir el ceño.
“La salud de mi mamá se deteriora día con día”, explicó la hija, Yangjen, de 70 años. “Tiene la presión alta, asma y bronquítis crónica. Tiene problemas de memoria y habla muy poco”.
Tsering tiene la suerte de recibir 800 yuanes (115 dólares) anuales como parte del programa de subsidios gubernamentales para aquellos con más de cien años de edad.
Tras alcanzar la fama en la región, muchas personas se acercaron a la casa de Tsering para obsequiarla con cereal, aceite para cocinar y mantequilla de yak, lo que ha ayudado a la familia a salir adelante, explicó Pasang Dekyi.
Con la ayuda de un hotel y de subsidios gubernamentales, la familia construyó una nueva casa de dos pisos el año pasado.
El Tíbet tiene 79 personas con más de cien años, de acuerdo con el Buró Regional de Asuntos Civiles.
“Creemos que Tsering está entre las personas más viejas del mundo”, comentó Chen Jianlan, oficial de la villa. “Sin embargo, no se puede aplicar para aparecer en el listado de los Récords Guinness por lo complicaro del procedimiento”.
De acuerdo con Chen, Guinness necesita confirmar la edad del postulante mediante una serie de complicados estudios que involucran pruebas de sangre. “No contamos con instalaciones para este tipo de examenes en Lhasa, y a su edad, podría ser un poco peligroso trasladarla a un lugar remoto”.