Muy buena acogida tuvo entre el público asistente a la apertura la muestra de Zhang, inspirada en la dinastía Song (960-1769) y cargada de “colorido y muchas, muchas flores”, con la que el modisto intenta fusionar la tradición china y el contexto actual, según reseña una crónica de la agencia EFE.
El ambiente que el diseñador creó para su desfile también invitaba a un viaje en el tiempo, y las modelos aparecían en escena saliendo de un decorado que escenificaba la entrada a un templo.