El mundo se quedó mudo de asombro cuando la encantadora Gertie de la película E.T creció rápido para convertirse en una adolescente alocada adicta a las drogas duras. La prensa empezó a seguir a la actriz desde que se fumó su primer cigarrillo a los nueve años, empezó a beber a los once y a tomar drogas con tan sólo doce. Consumidora de cocaína antes de cumplir los 15, estuvo dos veces en rehabilitación antes de esa edad. Aunque superó su adicción, fue sólo para caer en otro mal hábito, el de desnudarse en público. Ahora que ya está en sus treinta, Drew ha mejorado, y se ha mantenido serena desde hace tiempo.