China tiene un vasto territorio, abundantes recursos y diferentes climas de norte a sur. En la larga historia de la práctica productiva, los chinos en diferentes zonas crearon diversos métodos para producir vinagre, en muchos casos con características de la localidad, tales como el vinagre añejo de Shanxi, el vinagre negro de arroz de Zhenjiang, el vinagre añejo de Yongchun, el vinagre de salvado Baoning de Sichuan, el vinagre de rosa Jiangzhe (en referencia a Jiangsu y Zhejiang), el vinagre añejo de Kazuo, el vinagre fumigado de Beijing, el vinagre de arroz de Shanghai, el vinagre blanco de Dandong, y el vinagre tributo de Sichuan. El vinagre no es simplemente un sazonador, sino un sazonador de suma necesidad diaria.
El vinagre también tiene valores medicinales. El libro antiguo Prescripciones para 52 Enfermedades (The Prescriptions for Fifty-two Diseases) desenterrado en Mawangdui de Changsha, provincia Hunan, el más antiguo encontrado en China dedicado a la prescripción, brinda una detallada explicación de cómo el vinagre se usaba para tratar las quemaduras, las hernias, la gangrena, la tiña, las mordidas de perro, etc. El vinagre puede aliviar la fatiga, retrasar la senilidad, prevenir la obesidad, embellecer la piel, distender las venas, reducir la grasa en sangre y el colesterol, y disminuir la incidencia de enfermedades hepáticas. Los efectos curativos y de preservación de la salud del vinagre pueden encontrarse también en Ben Cao Bei Yao y Ben Cao Gang Mu, libros históricos de la medicina china. En Japón, “Menos sal, más vinagre”, ocupa el segundo lugar en la lista de las Diez Reglas de la Longevidad.