El imponente palacio de Potala en Lhasa, capital de Tibet, es la atracción turística más famosa.

La segunda fase de los trabajos de reparación en el palacio del Potala, ícono de Lhasa, en la Región Autónoma del Tibet, están cerca de finalizar, afirmó una fuente oficial.

Champa Kelsang, director administrativo del palacio, explicó que “más de 150 millones de yuanes (cerca de 22 millones de dólares) se han invertido en esta segunda fase. También, de acuerdo a lo previsto, los trabajos terminarán para finales de este año”.

De acuerdo con Kelsang, los siguientes trabajos están por finalizar: refuerzo de las ‘paredes durmientes’ – una estructura cilíndrica usada para sostener las vigas estructurales del edificio; renovación de 17 edificios antiguos, incluyendo el ‘palacio blanco’ y el ‘palacio rojo’.

Algunos de los problemas encontrados fueron erosión, hendiduras, cuarteaduras en las estructuras norte y sur del palacio blanco. Estas ‘parades durmientes’ son también conocidas como ‘dilong’ en pinyin.

El palacio Potala, construido sobre un colina, se encuentra a casi 3 mil 800 metros sobre el nivel medio del mar. Nadie conoce el número exacto de ‘paredes durmientes’ que sostienen al edificio. La primera reparación que se le hizo al edificio fue en 1989 y duró cinco años, con una inversión de 55 millones de yuanes.

El gobierno central de China ha asignado 333 millones de yuanes (cerca de 49 millones de dólares) para las reparación de los Norbi Lingka y el monasterio Sakya, además del palacio Potala. Los trabajos comenzaron en 2002.

El Potala, construido en el siglo siete de nuestra era, está listado como herencia cultural de la humanidad. Norbu Lingka, que significa ‘parque tesoro’ en tibetano, era la residencia de verano del Dalai Lama. El monasterio Sakya alberga innumerables libros clásicos sobre budismo y pinturas de alto valor.