A principios del siglo XI, en el noroeste de lo que hoy es nuestro país, surgió una nueva dinastía que, además de contener el avance de las hordas mongolas que habían asolado buena parte de Asia y Europa, legó al mundo los tipos móviles de imprenta, un código regio muy bien conservado así como obras culturales de una exquisitez incomparable. Con el tiempo, el imperio fundado por esta dinastía pasó a conocerse como el misterioso imperio de los Xia del Oeste. En nuestro programa de hoy recorreremos la región autónoma hui de Ningxia, antiguo territorio del imperio de los Xia del Oeste, para explorar sus vestigios.
El imperio de los Xia del Oeste, establecido en el noroeste de China por los dangxiang?o tungutos?, una rama de la antigua etnia nómada de los qiang, se prolongó a lo largo de los dos siglos que van de principios del siglo XI a comienzos del siglo XIII. Contemporáneo de las dinastías Jin y Song del Sur, el imperio de los Xia fue destruido por las tropas mogolas, mezclándose su población gradualmente con otras etnias, incluida la han.
Numerosos testimonios corroboran lo avanzado de la civilización de los Xia, quienes además de dominar las tecnologías más avanzadas de la época crearon un sistema de escritura con caracteres propios. Uno de los legados más impresionantes de la dinastía Xia son sus tumbas imperiales, levantadas en las afueras occidentales de Yinchuang, capital de lo que hoy es la región autónoma hui de Ningxia. Los 53 kilómetros cuadrados que ocupa este complejo funerario albergan nueve sepulcros imperiales en forma de pirámide dispuestas ordenadamente y 253 tumbas de dignatarios esparcidas aquí y allá. Este mausoleo imperial no solo es uno de los mayores de su género existentes en China, sino que ofrece también las ruinas superficiales mejor conservadas del país.