Los cuatro lugares para vivir más horribles del mundo
Kibera, Nairobi, Kenia. Millones de habitantes viven aquí entre montañas de basura, familias numerosas se acurrucan en cada choza, muchas veces sin más lugar para dormir que el mismo suelo. Kibera, que en el idioma nubio significa “bosque”, es el hogar de un millón de personas, siendo la mayoría inquilinos, que no tienen derecho de vivir en las casas propiedad de los terratenientes que se han trasladado a vivir fuera de Kibera. La mayoría de sus habitantes son musulmanes. Sólo un 20% de la región de Kibera cuenta con electricidad, aunque no así con un suministro regular de agua potable. El agua de las presas actúa como transmisor de enfermedades como el cólera y la fiebre tifoidea, debido a los problemas de tratamiento de las aguas residuales. Otra de las enfermedades que amenazan la zona es el SIDA, sin que exista ningún servicio médico público para combatirlo. La grave situación de desempleo del barrio hace que la criminalidad sea altísima, y que los problemas de adicción a las drogas o embarazos no deseados a todas las edades sean enormes, a pesar de que algunas instituciones benéficas e iglesias se están esforzando para mejorar la situación.