La frase del título resume bien el optimismo con que el presidente del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (Cebri), embajador José Botafogo Gonsalves, acompaña la evolución del grupo de cuatro países.

Veterano diplomático brasileño con pasajes por Paris, Bonn, Moscú, Buenos Aires y Roma, Botafogo dirige actualmente el Cebri, considerado uno de los principales centros de formulación de políticas estratégicas de Brasil.

El embajador retirado aceptó de buen grado recibir a los periodistas de la agencia Xinhua, para ser entrevistado sobre la reunión de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) que se realizará la próxima semana en Brasília.

"Es un caso curioso de grupo internacional que no fue constituido por los cuatro gobiernos que lo integran, sino por la percepción de un economista que, estudiando a esos países, concluyó que tenían un destino convergente", comentó el diplomático.

Lo que crea una identidad en torno a los cuatro son algunas características comunes como sus grandes dimensiones territoriales, su influencia regional, la diversidad de sus recursos naturales, su creciente peso específico en la arena política mundial.

Eso ocurre, observó Botafogo, a pesar de que el grupo aún no tiene una agenda común ni los países que lo integran han establecido lazos que los vinculen indisolublemente, además de las considerables distancias que los separan.

A título de ejemplo, el embajador señaló las diferencias con el Mercosur, cuyos integrantes tienen fronteras comunes, una tradición histórica y cultural muy semejante y hace años están comprometidos en la búsqueda de un destino común.

Todo lo contrario ocurre con los BRIC, donde están países con culturas milenarias y diferentes, como la China e India, y una ex superpotencia que compartió el dominio mundial con los Estados Unidos.

Junto a ellos, bromeó Botafogo, Brasil es el "new kid on the block" (el muchachito nuevo en el barrio, en traducción libre), una imagen que reconoce haber tomado de un colega diplomático.

Pese a esas diferencias, los cuatro países tienen en común el hecho de ser economías "emergentes", que han incorporado enormes contingentes de sus poblaciones a la actividad económica de mercado y tienen una creciente participación en el comercio mundial.

Brasil es tal vez el más pequeño económicamente, pero el hecho de ser el segundo mayor exportador de alimentos del mundo le da una estatura especial dentro del grupo, por su capacidad de crecimiento.

Los cuatro países están naturalmente destinados a desempeñar un papel crecientemente importante en sus respectivas regiones, y esa responsabilidad es otro aspecto que tienen en común.

De los cuatro, Rusia es el que tiene un problema de identidad más marcado, una vez que aún tiene que decidir si será un país asiático o europeo, al definir sus prioridades, señaló lateralmente el diplomático.

Pero fundamentalmente, dijo Botafogo, los une un similar interés en la defensa de la paz, una misma búsqueda de soluciones no conflictivas para las cuestiones internacionales y el deseo de vivir en armonía con sus vecinos, aunque eso no siempre sea fácil.

También tienen en común la preocupación con la llamada "gobernanza" financiera internacional, con la sustentabilidad económica y, por ello, con el medio ambiente y el cambio climático, con la búsqueda de nuevos modelos energéticos.

En definitiva, están juntos en la búsqueda de una economía sustentable que les permita proteger a sus propias poblaciones de los graves problemas que enfrenta la humanidad en estos momentos difíciles, resumió.

En esas condiciones, lo natural es que los cuatro sigan organizando, periódicamente, reuniones como la que se realizará en Brasilia, lo que irádefiniendo en los hechos la evolución que el grupo sufrirá en el futuro.

En cuanto a la posibilidad de que se discuta en Brasilia la adopción de una nueva moneda de reserva internacional, el embajador entiende que el tema debe ser abordado, pero sin que sea de esperar una posición muy definida.

"Tratar de definir ahora cuál podría ser esa moneda, sería poner el carro al frente de los bueyes", observó. La moneda debe ser el final de un proceso, no un punto de partida, enfatizó.

En ese sentido destacó la situación del euro, una moneda nueva que recién ahora pasa por su primera prueba de fuego, debido a los efectos de la crisis internacional sobre varios países de la zona del euro.

"Por ahora, no hay ninguna alternativa viable al dólar", señaló.

Las discusiones deben ser más amplias, dijo, porque los países buscan, legítimamente, construir un Nuevo Orden Financiero Mundial. La financiera es el área más cambiante del mundo, y se ha modificado sustancialmente en lasúltimas décadas.

Y ese proceso tendrá que sufrir una decantación, antes de que se pueda llegar a un nuevo modelo.

Si los resultados de la reunión de Brasília son modestos, eso no debe provocar ningún desánimo. El avance de las instituciones se hace por etapas,sin que se deban esperar resultados inmediatistas.

Si se consigue llegar a una coordinación de posiciones en torno a los grandes temas mundiales, ése ya será un avance notable para el grupo que se reunió por primera vez el año pasado, en Ekaterimburgo, señaló.

Hay también campo para avanzar en el terreno de las inversiones mutuas; es muy poco los que cada uno de los BRIC invierte en los demás, y eso podráestar asociado al desarrollo de nuevas tecnologías avanzadas, consideróBotafogo.

Las reuniones de cumbre deben realizarse siempre, sin la obligación de tener como resultado, al día siguiente, un cambio del mundo. Ellas son notables herramientas para llegar al conocimiento recíproco y a la identificación de intereses comunes, dijo el veterano negociador.

Sin duda, desde la reunión de Ekaterimburgo se ha hablado cada vez más del BRIC. Y nadie se preocupa por mencionar a una institución que sea insignificante, observó.

En ese sentido, Botafogo dijo que el mejor resultado de la reunión de Brasilia será, simplemente, que allí se decida realizar una nueva reunión. Fin