El ex embajador brasileño José Botafogo Gonsalves, ahora presidente del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (Cebri), el cual está considerado uno de los principales centros de formulación de políticas estratégicas de Brasil ha respondido con optimismo a las preguntas de Xinhua sobre las negociaciones entre los cuatro países del grupo BRIC que tendrán lugar la próxima semana en Brasilia.
Según el ex diplomático, el del BRIC "es un caso curioso de grupo internacional, ya que no fue constituido por los cuatro gobiernos que lo integran, sino por la percepción de un economista que, estudiando a esos países, concluyó que tenían un destino convergente. Lo que crea una identidad en torno a los cuatro países es que comparten algunas características comunes, como sus grandes dimensiones territoriales, su influencia regional, la diversidad de sus recursos naturales, y su creciente peso específico en la arena política mundial”.
Según Botafogo, esto ocurre a pesar de que el grupo aún no tiene una agenda común ni los países que lo integran han establecido lazos que los vinculen indisolublemente, y también a pesar de las considerables distancias que los separan. A título de ejemplo, el embajador señaló las diferencias con el Mercosur, cuyos integrantes tienen fronteras comunes, una tradición histórica y cultural muy semejante y hace años están comprometidos en la búsqueda de un destino común. Todo lo contrario ocurre con los BRIC, compuesto por países con culturas milenarias y diferentes, como la China e India, y una ex superpotencia que compartió el dominio mundial con los Estados Unidos, y Brasil, que según el diplomático es el "new kid on the block" (el muchachito nuevo en el barrio, en traducción libre), una imagen que reconoce haber tomado de un colega diplomático.
Pese a esas diferencias, los cuatro países tienen en común el hecho de ser economías "emergentes", que han incorporado enormes contingentes de sus poblaciones a la actividad económica de mercado y tienen una creciente participación en el comercio mundial. Brasil es tal vez el más pequeño económicamente, pero el hecho de ser el segundo mayor exportador de alimentos del mundo le otorga una posición especial dentro del grupo, por su capacidad de crecimiento.
Además, los cuatro países están naturalmente destinados a desempeñar un papel crecientemente importante en sus respectivas regiones, y esa responsabilidad es otro aspecto que tienen en común. De los cuatro, Rusia es el que tiene un problema de identidad más marcado, una vez que aún tiene que decidir si será un país asiático o europeo, al definir sus prioridades, señaló el diplomático, que añadió que, fundamentalmente, los une un similar interés en la defensa de la paz, una misma búsqueda de soluciones no conflictivas para las cuestiones internacionales y el deseo de vivir en armonía con sus vecinos, aunque eso no siempre sea fácil.
Por otro lado, también tienen en común la preocupación por una gobernanza financiera internacional, por garantizar la sustentabilidad económica y del medio ambiente mediante la búsqueda de nuevos modelos energéticos y, en definitiva, por la búsqueda de un nuevo tipo de economía que les permita proteger a sus poblaciones de los graves problemas a los que se enfrenta la humanidad en estos momentos difíciles. En esas condiciones, dice Botafogo, lo natural es que los cuatro sigan organizando, periódicamente, reuniones como la que se realizará en Brasilia, a través de las cuales se irá definiendo la evolución que el grupo en el futuro.
En cuanto a la posibilidad de que se discuta en Brasilia la adopción de una nueva moneda de reserva internacional, el embajador entiende que el tema debe ser abordado, pero sin que sea de esperar una posición muy definida. Botafogo enfatizó que "tratar de definir ahora cuál podría ser esa moneda, sería poner el carro en frente de los bueyes. La moneda debe ser el final de un proceso, no un punto de partida”. En ese sentido, destacó la situación del euro, una moneda nueva que recién ahora pasa por su primera prueba de fuego, debido a los efectos de la crisis internacional sobre varios países de la zona del euro, y comentó que, por ahora, "no hay ninguna alternativa viable al dólar".
Por otro lado, Botafogo comentó que las discusiones deben ser más amplias, porque los países buscan, legítimamente, construir un Nuevo Orden Financiero Mundial. Siendo la financiera el área más cambiante del mundo, que se ha modificado sustancialmente en las últimas décadas, el proceso de encontrar un nuevo equilibrio tendrá que sufrir una decantación, antes de que se pueda llegar a un nuevo modelo. Por ello, comentó el ex diplomático, si los resultados de la reunión de Brasília son modestos, eso no debe provocar ningún desánimo, ya que el avance de las instituciones se hace por etapas, sin que se deban esperar resultados inmediatos.
Si se consigue llegar a una coordinación de posiciones en torno a los grandes temas mundiales, ése ya será un avance notable para el grupo, que no hay que olvidar se reunió por primera vez el año pasado, señaló Botafogo, que añadió que hay también campo para avanzar en el terreno de las inversiones mutuas, ya que aún es muy poco los que cada uno de los BRIC invierte en los demás, y eso además podría estar felizmente asociado al desarrollo de nuevas tecnologías avanzadas.
Botafogo añadió que las reuniones de cumbre deben realizarse siempre sin la obligación de tener como resultado, al día siguiente, un cambio del mundo. Son notables herramientas para llegar al conocimiento recíproco y a la identificación de intereses comunes. Sin duda, desde la reunión de Ekaterimburgo se ha hablado cada vez más del BRIC, y nadie se preocupa por mencionar a una institución que sea insignificante, observó finalmente Botafogo, que dijo además que el mejor resultado de la reunión de Brasilia será, simplemente, que allí se decida realizar una nueva reunión.
