Conrad Murray, el médico personal del fallecido rey del pop Michael Jackson, comparecerá hoy ante un tribunal de Los Angeles sobre la posible suspensión de su licencia médica.

Murray, quien enfrenta cargos de homicidio involuntario por su papel en la muerte de Jackson, tratará de conservar su licencia médica que la oficina del fiscal general de California busca revocar. Murray ha luchado contra la acción porque dice que necesita la licencia para ganarse la vida.

Jackson, de 50 años de edad, fue declarado muerto en el Centro Médico Ronald Reagan de la Universidad de California, Los Angeles (UCLA) unas dos horas después de que se descubriera que había dejado de respirar en su finca rentada en Holmby Hills el 25 de junio de 2009, cuando se preparaba para su regreso a los conciertos en Londres.

La oficina de policía del condado de Los Angeles determinó que la muerte del cantante fue resultado de una "intoxicación aguda con propofol". Los investigadores hallaron elevados niveles del anestésico propofol, un líquido blanco que el cantante llamaba "leche", en su cuerpo cuando murió.

Murray declaró que Jackson sufría insomnio crónico y que durante años dependió del medicamento para poder dormir, de acuerdo con los documentos de la policía. Este potente medicamento es administrado generalmente por anestesistas autorizados para operaciones quirúrgicas.

En una comparecencia el 8 de febrero, Murray de 56 años de edad y cardiólogo con licencia para operar en Nevada, California y Texas, se declaró no culplable del cargo de homicidio involuntario en relación con la muerte del superestrella por una sobredosis de propofol.

El médico fue liberado después del pago de una fianza de 75.000 dólares y se le prohibió administrar sedantes fuertes a los pacientes. El cargo implica un potencial periodo de prisión de cuatro años. Fin