El cambio climático afecta a todo el mundo y se ha convertido en un tema central en el área de las relaciones internacionales. En la conferencia sobre el cambio climático convocada en Copenhague en diciembre del año pasado, la actitud de China y la India fueron objeto de especial atención y análisis internacional.
Ante la presión, China y la India estrechan su coordinación
Aunque el cambio climático es un tema muy candente en los últimos años, la clave de la solución la tienen muy pocos países. Entre ellos destacan Estados Unidos, China, la Unión Europea, Rusia, la India y Japón. Según datos estadísticos, la suma de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero por parte de esos países y regiones representa cerca del 70 por ciento del total mundial.
Como las mayores naciones entre los países en vías de desarrollo, China y la India son grandes también respecto a la emisión de gases del efecto invernadero. A diferencia de otros países grandes, ante los enormes avances en su desarrollo económico, China y la India sufren un rápido aumento en la cantidad de gases de efecto invernadero que se vierten a la atmósfera. Según se estima, dentro de pocos años China y la India podrían colocarse en el primer y el tercer puestos mundiales, respectivamente, en tal respecto.
Por eso, mucho antes de que este tema saliera a colación, China y la India ya habían iniciado una activa cooperación, buscando conjuntamente la manera de luchar contra el cambio climático, con el objeto de aliviar la presión al respecto.
En 2009, mientras se disponían los preparativos para la Conferencia de Copenhague, los dirigentes de China y la India tuvieron varios encuentros, intercambiando sus opiniones y actitudes ante el calentamiento climático global.
El 21 de octubre del mismo año, Xie Zhenhua, vicepresidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China, y Jairam Ramesh, ministro de Medio Ambiente y Silvicultura de la India, se reunieron en Nueva Delhi y firmaron un Memorándum de Acuerdo sobre la Cooperación para Enfrentar el Cambio Climático. Conforme al documento, los dos países establecerían una relación como socios, fortalecerían los intercambios y la cooperación y fundarían un equipo para luchar contra el calentamiento global.
A finales de octubre y a comienzos de noviembre, las dos naciones anunciaron sus metas respectivas para el año 2020 para la reducción proporcional de las emisiones de CO2 con respecto al PIB. Aunque las cifras son diferentes, ambas partes toman como objetivo la reducción de la densidad de las emisiones de CO2, en vez del volumen total de las emisiones de CO2.
El 10 de diciembre, el Primer Ministro chino Wen Jiabao y el primer ministro indio Manmohan Singh hablaron por teléfono, expresando su deseo de fortalecer la cooperación de los dos países en el enfrentamiento con el cambio climático. El 18 del mismo mes, los dos tuvieron un encuentro en Copenhague. Wen Jiabao presentó la situación de China a Singh, pidiendo su opinión. El primer ministro indio considera que su país y China tienen muchos intereses comunes y expresó su satisfacción con la coordinación de ambas partes. Los dos primeros ministros prometieron una fluida comunicación y cooperación entre los dos países ante cualquier situación.
Además de la cooperación bilateral, China y la India formaron junto con Brasil y Sudáfrica el grupo conocido como BASIC, que busca hablar con una misma voz dentro del Grupo de los 77 Países (conocido como G-77).
A finales de noviembre de 2009, el grupo BASIC y los representantes de Sudán, que ostentaba la presidencia de turno del G-77, se reunieron en Beijing, y posteriormente las dos partes tuvieron varias reuniones durante la Conferencia de Copenhague, poniendo todos los esfuerzos en el mantenimiento de su unión.
Ante el Protocolo establecido en Dinamarca, los dos países consideran que el documento está obviamente inclinado a los intereses de los países desarrollados, por lo que los representantes del G-77 y China expresaron con firmeza su rechazo.
Con los esfuerzos de las diversas partes, finalmente la Conferencia aprobó el Acuerdo de Copenhague. Éste propone explícitamente el principio de “la responsabilidad común pero diferenciada”, protegiendo los intereses de los países en vías de desarrollo. Después de la clausura de la Conferencia, aunque todavía existen voces insatisfechas y dudosas en la sociedad internacional, se puede asegurar que China y la India hicieron grandes contribuciones para salvaguardar y defender los derechos e intereses de los países en vías de desarrollo.
China y la India, unidas para proteger sus derechos
La estrecha cooperación entre China y la India en materia de cambio climático se ha convertido en un punto importante en el desarrollo de sus relaciones bilaterales durante los últimos años. Los motivos que promovieron su cooperación son los siguientes:
Por una parte, en cierto sentido se puede decir que la cooperación China-India es obligada. El gobierno estadounidense relacionó de manera confrontadora su propia meta en la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero con la de China y la India, pretendiendo hacer ver que no cumpliría las metas de reducción a no ser que China y la India también las cumplieran.
El Protocolo de Kioto fija medidas de reducción concretas para países industrializados e insta a los países en vías de desarrollo a reducir sus emisiones, aunque no les exige ninguna obligación. Sin embargo, Estados Unidos busca siempre diversas razones y excusas para poner la carga de esa obligación sobre los hombros de China y la India.
En realidad, el Protocolo de Kioto fue elaborado sobre la base del principio de “la responsabilidad común pero diferenciada”. El cambio climático es una amenaza mundial, y cada país debe adoptar medidas para afrontarlo. Sin embargo, los países son muy diferentes en el volumen de la emisión de gases y el nivel del desarrollo, por eso las naciones en vías de desarrollo tienen que actuar según su propia fuerza y asumir su responsabilidad.
Lo que hace Estados Unidos es intentar reducir su responsabilidad y transferir la presión hacia China y la India. De hecho, los países occidentales, encabezados por Estados Unidos, procuran restringir, imponer e incluso privar, a través del establecimiento de estándares, monopolizar las técnicas ecológicas, luchar por la hegemonía de la palabra y otras medidas, los derechos al desarrollo y la subsistencia de los países en vías de desarrollo, con el propósito de garantizar la permanencia del orden político y económico internacional favorable a Occidente.
Ante esta situación, China y la India se reúnen con los demás países en vías de desarrollo para resistir contra las exigencias irracionales propuestas por los países desarrollados, a la vez exigirles cumplir sus promesas. La acción de China y la India salvaguarda la equidad y la justicia en la escena internacional.
Por otra parte, la cooperación de China y la India para combatir el cambio climático se debe a una enorme fuerza motriz interna. En primer lugar, por la necesidad de elevar el nivel de vida del pueblo. Los dos países están en vías de desarrollo, su PIB per cápita no es alto y el nivel de vida de sus ciudadanos es relativamente bajo.
Numerosos ciudadanos pobres aún sufren el hambre y muchos de ellos incluso no gozan del suministro de electricidad, fenómeno muy diferente de lo que ocurre en los países desarrollados.
Las condiciones determinan el desarrollo económico como la tarea más urgente en esta etapa y para impulsar el desarrollo de la economía, la industrialización y la urbanización, la elevación de las emisiones carbónicas es inevitable durante cierto plazo.
Hay que proponer insistentemente requisitos racionales para que todo el mundo los oiga. Además, para conseguir el entendimiento de los pueblos de los demás países, sobre todo los desarrollados, la integración de dos voces tiene mas fuerza que una sola.
En segundo lugar, la cooperación es necesaria par hacer realidad la optimización sectorial. Debido al bajo nivel científico y tecnológico, los dos países sufren un gran desgaste de los recursos naturales, y en este aspecto existe una larga distancia entre ellos y los países avanzados. En el Plan Nacional contra el Cambio Climático de China y el Plan de Acción Nacional contra el Cambio Climático de la India se combina la lucha contra el calentamiento global con el desarrollo sostenible.
Claro, para poner en marcha la reducción de las emisiones carbónicas y adaptarse a los cambios climáticos ya ocurridos, además de sus propios esfuerzos, China requiere también la ayuda financiera y tecnológica de los países avanzados. Sin embargo, éstos hablan mucho y hacen poco, China y la India no tienen otro remedio que reunirse con los demás países en vías de desarrollo para luchar por sus derechos e intereses.
En tercer lugar, la relación amistosa entre China y la India promueve su cooperación en el cambio climático y ésta estrecha aún mas la vinculación entre los dos estados. La relación sino-india se remonta a tiempos remotos y durante la época contemporánea, los dos resistieron juntos contra el colonialismo y lucharon por la independencia y la autonomía. La India fue el primer país no socialista en reconocer a la República Popular China, y durante la década de los 50 del siglo pasado los dos países llevaron a cabo una cooperación eficiente por los derechos e intereses de las naciones en vías de desarrollo. Obviamente, aún existen diferencias en ciertas áreas, pero la cooperación en la lucha contra el calentamiento global es muy favorable para fortalecer la confianza y la amistad recíprocas.
Buscar puntos comunes y dejar de lado las diferencias
En la actualidad, aunque China y la India mantienen una buena tendencia en la cooperación sobre el cambio climático, se debe tener cuenta la existencia de algunos problemas ocultos.
Por ejemplo, aunque los dos siempre se muestran juntos ante las críticas de los países occidentales, el volumen global de las emisiones carbónicas de la India se encuentra un 25 por ciento por debajo del de China (las emisiones de la India suponen el 4 por ciento de la mundial y las de China el 20 por ciento), mientras que el volumen per cápita representa también el 25 por ciento del de China (el volumen per cápita de China es más o menos equivalente a la cifra promedia mundial).
Shyam Saran, enviado especial del primer ministro indio, expresó en 2008 que “la India no se considera como uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero”. Por eso, es inevitable que exista la posibilidad subyacente del deterioro en la relación entre China y la India.
De hecho, China, la India y los demás países grandes en vías de desarrollo no “luchan solos”, ya que las negociaciones sobre el cambio climático han dividido a los participantes en dos grupos: uno de países desarrollados y el otro de países en vías de desarrollo.
Como cabezas del último, la relación entre China y la India ejerce influencia a la relación entre todos los países en vías de desarrollo, y su unión puede generar una gran fuerza para luchar contra las exigencias irracionales de los países desarrollados.
Al contrario, la separación de los dos puede afectar tanto a sus propios intereses como a los de los países de su grupo. Por lo tanto, en el tema del cambio climático, abogamos por la firme unión de China y la India.