La elección hecha por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para nombrar al ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton como jefe coordinador de las tareas de ayuda y reconstrucción de Haití, país devastado por un sismo el 12 de enero, parece tan naturalmente conveniente como posible.
Sin embargo, Clinton rápidamente disipó cualquier noción de que él se convertiría en una especie de gran vigilante de Haití.
"No quiero ser el gobernador de Haití. Quiero construir la capacidad del país para que domine su propia dirección. Ellos pueden confiar en que no seré un neocolonialista; soy demasiado viejo", declaró el viernes después de llegar a la devastada capital haitiana de Puerto Príncipe.
El presidente número 42 de EEUU realiza su segunda visita a la isla del Caribe desde el sismo de 7,3 grados en la escala Richter registrado ahí el 12 de enero que provocó la muerte de alrededor de 200.000 personas, lesiones a unas 300.000, y dejó a dos millones de damnificados que necesitan ayuda y a un millón sin casa.
Una de las principales razones de la decisión tomada el miércoles por Ban fue que ya había elegido a Clinton como enviado especial de la organización mundial ante la nación isleña en mayo del 2009 luego de una serie de tormentas tropicales y huracanes que arrasaron el país durante la temporada de huracanes del 2008 y cobraron la vida de unas 1.000 personas.
Además, también Clinton tiene una historia con la nación más pobre del Hemisferio Occidental que data desde su primera visita en 1975 con su esposa Hillary durante lo que llamó una luna de miel retrasada.
Durante su estancia en la Casa Blanca como presidente, Clinton planeó el regreso de un gobierno democráticamente electo luego de un golpe de Estado militar, lo que reflejó su interés por la nación duramente golpeada.
Luego de concluir sus dos períodos como presidente de EEUU, Clinton se concentró en la filantropía a través de su Fundación William J. Clinton con sede en Nueva York, la cual se enfoca, entre otros temas, en el desarrollo económico de Africa y de Latinoamérica, incluyendo Haití.