Al menos 20 personas murieron y otras 117 resultaron heridas ayer miércoles al explosionar una bomba entre una multitud de peregrinos chiítas en la ciudad sagrada de Karbala, según informó una fuente anónima del Ministerio del Interior de Irak. Estos datos superan ampliamente las primeras estimaciones que se proporcionaron, según las cuales había 10 muertos y 85 heridos.
Además, aunque en un primer momento se informó de que la explosión había sido provocada por una bomba escondida en un vehículo arrastrado por una motocicleta, más tarde se ha informado de que la bomba fue accionada por un atacante suicida que se subió en un minibús que conducía en medio de la multitud de peregrinos chiítas reunidos para celebrar un importante ritual religioso cerca del Instituto Técnico en la entrada este de Karbala, unos 110 km al suroeste de Bagdad.
El ataque tuvo como objetivo a los peregrinos chiítas que habían viajado desde diferentes provincias iraquíes a la ciudad sagrada de Karbala para celebrar el viernes el ritual Arbaeen, que conmemora el final de los 40 días de luto por el imán Hussein, el nieto del profeta Mahoma que murió en la batalla de Karbala en el año 680 d.C.
Los festivales chiítas son frecuentes blancos de los ataques de diversos grupos armados de Irak. A pesar de la relativa disminución de la violencia, estos ataques esporádicos continúan en Bagdad, y la seguridad se ha deteriorada, lo cual supone un retroceso en los esfuerzos del gobierno iraquí por restablecer la normalidad en el país antes de las elecciones nacionales, que se celebrarán el 7 de marzo.