El ministro de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) de Perú, Martín Pérez, confirmó hoy que 4.005 turistas, entre nacionales y extranjeros, fueron desalojados de la ciudadela incaica Machu Picchu a lo largo de esta semana.
Refirió que en la víspera (viernes) fueron traslados 1.460 visitantes, con lo que se concluyó el "puente aéreo" establecido con el apoyo de 11 helicópteros de las Fuerzas Armadas y otros tres de empresas civiles.
Los turistas estaban varados en el pueblo de Aguas Calientes, distrito de Machu Picchu, que está al pie de la cima donde se halla la "ciudadela de piedra", el mayor atractivo turístico del Perú, debido a las torrenciales y casi permanentes precipitaciones pluviales.
Los aguaceros provocaron "huaycos (aluviones de lodo y rocas)" que interrumpieron la línea férrea, en al menos tres tramos.
"El viernes evacuamos a 1.460 personas. En total hemos evacuado 4.005 personas entre turistas y pobladores. Yo estimo que de ese total unos 3.500 eran turistas. Se realizaron 278 vuelos en los últimos cuatro días para conseguirlo", aseguró el ministro quien viajó a la surandina ciudad del Cusco para coordinar tareas.
"Prácticamente hemos sacado 1.000 turistas diarios y eso es un gran logro del equipo humano que ha trabajado: Más de 40 pilotos de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional y de empresas privadas", destacó.
También enfatizó que la ciudadela incaica no sufrió mayores daños, pero indicó que se han suspendido temporalmente las visitas frente a cualquier contingencia.
La macrorregión sur está siendo castigada por la naturaleza, por las adversas condiciones climatológicas; incluso, cuatro de los departamentos, Cusco, Puno, Huancavelica y Apurímac, han sido declarados en estado de emergencia.
Balances preliminares, señalan que hasta el momento hay por lo menos 20 muertos, 25.000 damnificados, cientos de casas derruidas o inhabilitadas, miles de hectáreas de cultivos perdidas, vías terrestres bloqueadas, 13 puentes colapsados y varias torres de tensión caídas, sea por las inundaciones ante la crecida de los ríos y por los deslizamientos de lodo y rocas.
