El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva propuso al Foro Social Mundial (FSM), reunido en la ciudad de Porto Alegre, que ayude a reconstruir Haití, informó hoy la prensa brasileña.

El presidente anunció que el 25 de febrero visitará el país semidestruido por un terremoto, y propuso que las organizaciones participantes en el Foro destinen el año a cooperar en la reconstrucción del país caribeño.

"No hay nada peor que terminar una reunión como ésta, fantásticamente representativa, con lo mejor de los movimientos sociales, con un montón de decisiones que luego quedarán en la mesa de luz o en los cajones de una mesa", dijo Lula.

El gobernante llegó al estadio Gigantinho de Porto Alegre con tres horas de retraso, acompañado por seis ministros, y fue recibido por una multitud que aplaudió sin reservas los más de 40 minutos de su discurso.

Lula hizo una exposición centrada en la idea de que su gobierno no sólo ha respetado los ideales del FSM, sino que muchas de sus realizaciones sociales fueron inspiradas en los debates del movimiento social mundial.

Criticó a los países ricos que, antes del terremoto, no enviaron a Haití los millones de dólares que habían prometido (para financiar la misión de paz y la reconstrucción económica), y elogió la solidaridad de su gobierno con los países africanos.

Además, defendió la política económica de su gobierno, vinculándola a la forma como el país atravesó, sin mayores daños, la crisis económica global, justificando que una cosa es lo que se sueña y otra lo que se puede realizar en el gobierno.

El presidente no dejó de mencionar a su candidata a la presidencia de Brasil, la ministra Dilma Rousseff, y a su ministro Tarso Genro, candidato al gobierno del estado de Río Grande del Sur, que integraban su comitiva.

Sin embargo, los acompañantes de Lula no pudieron sentarse en la mesa que presidía el escenario, donde habrían tenido mucho más visibilidad que en medio del público de la primera fila.

El presidente compartió la mesa con Cándido Grzybowski, del Consejo Internacional del FSM, la militante uruguaya por los derechos humanos Lilian Celiberti y el presidente de la Central Unica de Trabajadores, Artur Henrique.

Los tres hicieron algunas preguntas a Lula, que giraron en torno del Plan Nacional de Derechos Humanos de Brasil, del exceso de tropas estaounidenses en Haití, de la integración latinoamericana y del fracaso de la conferencia ambiental de Copenhague.

El presidente elogió la actuación del ministro de los Derechos Humanos de su gobierno, defendió el papel de las tropas brasileñas en la misión de paz en Haití y mencionó el importante papel que Dilma Rousseff había tenido en Copenhague, al frente de la delegación brasileña. Fin