En Haití, el reto es sostener la solidaridad más allá de la emergencia humanitaria y que se focalice al proceso de desarrollo, rehabilitación y reconstrucción que requiere, aseguró hoy un funcionario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU.
El jefe de la Unidad de Evaluación de Desastres del organismo, Ricardo Zapata, dijo a Xinhua, vía telefónica desde Santiago, Chile, que "la solidaridad con Haití se demuestra de forma fehaciente, no hay país que no haya movilizado recursos, organizaciones civiles y ONG's, incluso el Gobierno de China, ha movilizado ayuda en la emergencia".
Ojalá no haya cansancio de la cooperación en cuanto venga la reconstrucción porque Haití ha recibido ayuda internacional antes de la tragedia por el programa de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en estabilización política y democratización, dijo.
El especialista consideró que se debe reorientar la cooperación para enfrentar el nuevo desafío, la reconstrucción del centro neurálgico del país, la capital.
"Hay un reto que viene de antes, y es construir instituciones nacionales capaces de que el país sea autosostenible, autodesarrollado y no dependa como hoy, de recursos extranjeros, incluso, para el presupuesto regular del Estado", apuntó.
Zapata comentó que el reto sigue y está agravado porque las instituciones quedaron destruidas en su parte física al colapsar ministerios, oficinas y centros de investigación.
"También, se ha perdido un capital humano muy importante en la gente que falleció y un capital muy importante en la información que está bajo los escombros, porque además de cadáveres de personas, computadoras, discos duros, memorias, archivos y la contabilidad para el pago de sus funcionarios y empleados", apuntó.
El funcionario de la CEPAL señaló que, tras la tragedia de Haití, los planteamientos de estrategia internacional para la reducción de desastres (levantados en Kobe, Japón) requieren una implmentación más activa y a la vez, fortalecer esa capacidad institucional.
"Diría que en el caso de Haití hay un doble reto que es continuar con una agenda de desarrollo para sacar de la pobreza al país más pobre de la región, para lograr reducir las grandes brechas económicas, sociales, ambientales y financieras que tiene el país y reconstruir eso que con mucho esfuerzo se había logrado levantar", dijo.
Zapata señaló que la cooperación internacional debe seguir apoyando y además, ayudar en el proceso de reconstrucción y teniendo como objetivo fortalecer a los propios haitianos y a sus instituciones.
El impacto del sismo originó una emergencia que genera desesperación en la gente y provoca accciones esporádicas de violencia y afecta los convoyes que llevan ayuda, por lo que es necesario el reforzamiento policial y militar, dijo.
El experto destacó que cuando ocurren grandes desastres, los gobiernos recurren a las fuerzas militares.
"En México, lo primero que se activa a partir de la dirección de protección civil es el DNA, el sistema en la que el ejército interviene para apoyar en la emergencia, Y así lo hizo China, en el terremoto de Sichuan, en mayo de 2008, eso es necesario", apuntó.
Zapata destacó que, en Haití, se carece de una fuerza militar, una capacidad institucional policial en marcha.
"Ese era un reto que tenía el gobierno haitiano y para lo cual trabajaba la Misión de Naciones Unidas (Minustah), ayudar a la formación de cuerpos policiales y reconstruir la capacidad de Haití de vigilarse a sí mismo", comentó.
Al referirse a la intervención de la ONU, el especialista dijo que se supone habría terminado en cinco años, pero debió permanecer mucho más, debido a factores como que en 2004, 2007 y 2008, el país fue víctima de huracanes y desastres que requirieron prolongar y ampliar la cooperación.
Zapata informó que "hay un comité de cooperantes que trabaja en Haití de manera muy intensa desde hace años y que va a tener que seguir por un período que en este momento sería muy difícil estimar".
Además, dijo, porque si se genera un problema de inestabilidad social y política y el avance habido en la democratización retrocede "vamos a tener que retroceder en el calendario también".
El analista llamó a emplear una voz de cordura y consideró que "en este momento de tragedia humana en Haití lo que se requiere es solidaridad y aportes positivos y no buscar segundas intenciones o malas interpretaciones de lo que se está haciendo".
"Hoy es una sesión de solidaridad, apoyo y cooperación. Los momentos de las críticas vendrán luego", aclaró.
Zapata dijo que el terremoto de Haití fue un evento no esperado y la probailidad de un sismo de enormes consecuencias era una probabilidad relativamente baja y lo ocurrido no fue falta de planificación.
En Haití, la capacidad de reducción de riesgos de desastre era limitada y que en las evaluaciones que han hecho a lo largo de los años y están documentados en la CEPAL, apuntó.
El funcionario de la Cepal añadió que ante el impacto de huracanes "habíamos señalado la necesidad de reforzar y mejorar el sistema de gestión de riesgos, y generar mecanismos de políticas institucionales y financieros para ello".
"La economía haitiana se había comportado bien con el proceso de cambio en el gobierno, con las elecciones y la pacificación y democratización, en vez de tener caída, como otros países, había crecido de manera modesta los últimos tres años de manera consecutiva", dijo.
Para Zapata, el trerremoto entonces es algo para lo que no estaban preparados y que no se podía esperar que lo estuvieran de manera apropiada.
El riesgo sísmico existe en la isla completa y ese riesgo lo es también para República Dominicana, al estar en una zona de placas tectónicas, entre El Caribe y la placa de Norteamérica, "es un mensaje para los dos de que este tipo de eventos pueden llegar a golpearlos y deben estar mejor preparados", sentenció. Fin