P: Decíamos que uno de los grandes hitos en las relaciones bilaterales es la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC). Chile fue el primer país con el que China suscribió de forma individual un tratado de estas características, y entró en vigor en el año 2006, han pasado ya tres años de la entrada en vigor. A la vista de esos tres años, ¿qué influencia ha tenido el TLC en las relaciones bilateras y en concreto en el comercio chileno?
R: Lo más importante es constatar que desde la firma del TLC, el comercio entre los dos países tuvo un crecimiento espectacular. El año anterior a la firma del TLC, 2005, habíamos andado por los 8 mil millones, una cifra muy gruesa, de comercio entre ambos países. El año 2008, el comercio total alcanzó la cifra de 16.700 millones, de los cuales, casi 10.000 millones fueron por las exportaciones de Chile a China, especialmente minerales como cobre y derivados. Pero desde China, se exportaron alrededor de 6.600 millones en productos beneficiosos para la sociedad chilena en múltiples aspectos: electrodomésticos, autos chinos, nuevas posibilidades, y los computadores a precios razonablemente bajos. Le voy a decir un secreto: es más barato comprar un computador en Chile que en Beijing. Y eso es consecuencia de las normas que tenemos. El vino chileno, que no estaba hace cuatro años, hoy en día tiene una presencia creciente e interesante que anuncia un espacio aún mayor. Sin duda, también ha tenido que ver con la apertura de algunos escenarios para productos como la fruta, las cerezas, que llegaron el año pasado por el Año Nuevo chino, por primera vez eran cerezas desde Chile, y se anunciaron así. Entonces, hay toda una diversidad de espacios por hacer. Si me permite, es cierto que este es el primer TLC que firmó China con una economía individual occidental, por así llamarla, pero hay varios primeros factores que tienen que ver: Chile fue el primer país que reconoció a China como economía de mercado en América Latina; fue el primer país que respaldó el ingreso de China a la OMC; Chile ha sido el primer país en convertirse en socio individual con tratados comerciales, como conversábamos, y al mismo tiempo, lo que ha ocurrido ahora, y es el principal efecto del TLC, es que China pasó a ser el principal socio comercial de Chile. Eran Estados Unidos, Alemania; hoy día es China. Y eso determina una serie de políticas para nosotros también en el futuro.
P: De hecho, actualmente se encuentran negociando los acuerdos suplementarios al TLC, concretamente sobre el comercio de servicios y el campo de las inversiones. El acuerdo suplementario referente al comercio de servicios ya se ha negociado y está a la espera de entrar en vigor. ¿Qué términos se incluyen en este acuerdo suplementario y que ventajas van a añadir a las relaciones comerciales?
R: Un buen acuerdo total entre dos países se estima que debe tener, por así decir, tres patas: comercio de bienes, compraventa de productos; segundo, el llamado comercio de servicios: los arquitectos, las asesorías, el turismo, la atención en los puertos... Todo eso es servicios. Es una gran economía en el mundo contemporáneo. Se estima que China tendrá de aquí al 2020 el 42 por ciento de su economía en los servicios. Lo que nosotros queremos es estar en esa economía y participar de ella. Lo primero que han llegado a buscar espacios y a analizar son los arquitectos chilenos, que son muy buenos. Han hecho cosas muy importantes en Europa, en París, en los países árabes, etcétera, y están buscando su espacio y sus oportunidades. Hemos hecho dos seminarios con arquitectos chilenos en colaboración con empresas chinas, donde constatan que lo primero que hay que hacer es salir de Beijing y Shanghai e ir a provincias como Anhui. Allí están buscando espacios, trabajando prepropuestas. Y están los otros sectores ligados al turismo u otros diversos servicios. Ese acuerdo está prácticamente para su despacho del Parlamento, así que yo diría que en 2010 el acuerdo de servicios estará ya en funcionamiento. Y el acuerdo de inversiones ha llevado un tiempo de negociaciones en 2009 y también esperamos que pudiéramos tenerlo a comienzos de 2010 ya negociado para iniciar su curso parlamentario y en el curso de 2010 se espera tener completa esta ‘trilogía’, esta dimensión tripartita de la relación China-Chile.