El gobierno de México enfrentó en 2009, con éxito, un brote epidémico de la denominada influenza AH1N1, y se mantiene en guardia ante un posible repunte en los primeros meses de 2010.

El país recuperó una relativa normalidad el 7 de mayo pasado, después de dos semanas de férreo control sanitario para evitar la propagación de la gripe A, que incluyó la suspensión de clases, de las actividades de administración pública y de restaurantes, entre otras.

Desde el 22 de abril, la Secretaría de Salud informó de un brote atípico de influenza que había provocado 20 muertos, pero decía que no se trataba de ninguna epidemia.

Los síntomas eran similares a los de la gripe estacional: fiebre superior a 39 grados, tos, dolores de cabeza y musculares, irritación de los ojos y flujo nasal.

La suspensión de clases, primero en la capital mexicana y en el Estado de México, y después en todo el país, afectó a unos 7,5 millones de alumnos.

El gobierno ordenó, además, mantener cerrados los cines, los teatros, gimnasios y centros de diversión nocturnos de la ciudad de México, y los restaurantes sólo podían preparar comida para llevar.

Las investigaciones establecieron como presunto "paciente cero" a un niño de cuatro años del estado de Veracruz (este), quien ya se encuentra en perfecto estado de salud.

Las autoridades también ordenaron la suspensión de la llegada de cruceros al Caribe mexicano, y algunas empresas paralizaron parcialmente sus operaciones.

El Poder Ejecutivo estimaba que el Producto Interno Bruto (PIB) se reduciría en 0,3 o 0,5 por ciento, pero la epidemia aunada a la crisis financiera en Estados Unidos provocó una caída mucho mayor.

El 6 de mayo se reanudaron las actividades en la administración pública y el sector privado, con la reapertura de 35.000 restaurantes que estuvieron cerrados.

En ese marco, el gobierno federal anunció un paquete de medidas de apoyo fiscal a las empresas del país por 17.400 millones de pesos (1.312 millones de dólares) para contrarrestar los efectos negativos de la epidemia.

A siete meses de la inesperada crisis sanitaria, el gobierno desarrolla una intensa campaña de vacunación en todo el país, para enfrentar un esperado repunte de la influenza A en los primeros meses de 2010, como resultado de la intensificación de los frentes fríos.

El viernes 27 de noviembre, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) inició la Campaña Nacional de Vacunación contra el virus AH1N1, que en una primera etapa se dirige a personal de salud, como médicos y enfermeras, a mujeres embarazadas y a niños y ancianos.

Al 9 de diciembre de 2009, las cifras han cambiado, pero no se han desbordado.

De acuerdo con la Secretaría de Salud (Ssa), se tienen 66.415 casos confirmados y 732 defunciones.

El mayor número de defunciones (69,7 por ciento) se ha dado en el rango de 20 a 54 años de edad, y en una proporción de 50 por ciento de hombres y 50 por ciento de mujeres.

Los principales síntomas de los fallecidos han sido fiebre (87,8 por ciento), tos (83,8 por ciento), ataque al estado general (61,8 por ciento), disnea (49 por ciento), expectoración (41,4 por ciento), cefalea (34,5 por ciento), y rinorrea (27,7 por ciento).

Los 66.415 casos confirmados se distribuyen en los 32 estados de la república, pero la mayoría de ellos se han registrado en la Ciudad de México (7.483).

En tanto, el secretario de Salud, José Angel Córdova Villalobos, ha dicho que hay cierta tranquilidad respecto de cómo se está comportando el virus de la influenza A, "pero de ninguna manera se bajará la guardia porque todavía falta la época más difícil".

Córdova dijo que al conocer al virus, su letalidad y que la afectación ha sido menor a lo esperado, "da cierta tranquilidad, pero de ninguna manera pensar que esto no tiene que ser atacado con todo impacto".

Informó que se ha solicitado al personal de las instituciones de salud hacer guardias durante diciembre y que "incluso el fin de año podamos estar aplicando vacunas".

El funcionario dijo que basa su optimismo en el hecho de que "ha estado un poco estacionado el número de personal internado grave y el número de fallecimientos".

Explicó que ello se debe, posiblemente, a que el brote que se tuvo en abril, junio y julio ayudó a proteger a mucha gente, ya que es rarísimo que las personas que ya fueron contagiadas vuelvan a contraer la influenza.

En tanto, el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos informó que detectó el primer caso de mutación del virus de la influenza humana AH1N1.

La directora del instituto, Celia Alpuche Aranda, dijo que se realizarán estudios para determinar si la mutación del virus lo convierte en más peligroso o no.

Informó que estos estudios fueron solicitados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a que también se han encontrado casos en Brasil, China y Estados Unidos.

El gobierno mexicano se encuentra en mayor posibilidad de enfrentar eficazmente a la influenza A con un préstamo de 491 millones de dólares que le otorgó el Banco Mundial (BM) a principios de diciembre.

El organismo financiero informó, desde Washington, que la capacidad de monitorear la propagación de dicho virus recae en la fortaleza del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) de México.

Por su parte, el subsecretario de Salud, Mauricio Hernández, llamó el martes a la población a extremar cuidados y a vacunarse, incluso de manera simultánea, contra la influenza estacional y la AH1N1.

El funcionario dijo que se han registrado avances importantes en la campaña de vacunación en los estados de Aguascalientes, Guanajuato y Guerrero, pero que en las demás entidades se registra un avance de 50 por ciento de lo programado.

Explicó que esto se debe a que se han difundido por internet mensajes negativos hacia la vacuna, por lo que exhortó a los ciudadanos a no dejarse engañar y acudir a vacunarse, ya que se trata de una medida importante para prevenir estas infecciones respiratorias. Fin