Spanish.china.org: En este año 2009, Portugal y China han celebrado el 30 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas. ¿Cuál es la situación actual de las relaciones bilaterales entre ambos países? ¿En qué aspectos las relaciones sino-portuguesas han registrado los logros más satisfactorios?
Embajador: Estos treinta años podrían dividirse en dos partes: durante la primera, tanto China como Portugal se concentraron en la negociación de la entrega de Macao a la administración china, para poner fin a esa situación dejada por la Historia. Yo diría que esa transición se desarrolló muy suavemente, en un espíritu y una atmósfera muy constructivos, abriendo así el camino a una nueva era en las relaciones de amistad y cooperación durante la segunda mitad de ese periodo, para resumirlo brevemente. Conseguimos esa transición suave y luego desarrollamos nuestra relación en el marco de una asociación estratégica global, que se estableció en 2005 durante la visita del Primer Ministro Wen Jiabao a Portugal. Y esa asociación estratégica ha consolidado nuestras relaciones a diferentes niveles: no sólo a nivel económico y político, sino también en los campos de la ciencia y la tecnología, la justicia, la sanidad, cultura, lengua y educación. En todas esas áreas establecimos relaciones de cooperación y hemos desarrollado, lo cual es muy importante, un diálogo político al más alto nivel entre ambos gobiernos. Se firmaron acuerdos, protocolos y memorándums de comprensión que contemplaban todas esas áreas. Nuestras relaciones económicas y comerciales, en especial, se han desarrollado tremendamente. Recuerdo (ya que fui testigo de la ceremonia) cuando el Primer Ministro Wen Jiabao y nuestro Primer Ministro José Sócrates, se comprometieron a doblar el volumen del comercio entre nuestros dos países durante los tres años siguientes. Hemos logrado tal objetivo incluso antes de lo previsto, aunque con un fuerte desequilibrio comercial favorable a las exportaciones chinas, ya que Portugal, al igual que prácticamente todos los países europeos, mantiene un fuerte déficit comercial bilateral con China. No obstante, hemos desarrollado de forma muy significativa unas relaciones mutuamente beneficiosas en diferentes ámbitos y existe aún un gran potencial por aprovechar.
