El triunfo de la oposición hondureña terminó de resquebrajar al partido oficialista, el Liberal, que desde la mitad de este año se polarizó tras haber sacado abruptamente del poder a su líder, Manuel Zelaya.
Era una derrota predecible y antes del día de los comicios, el domingo 29 de noviembre, algunos creían que el triunfo de Porfirio Lobo Sosa se construiría sobre los escombros del golpe de Estado perpetrado el 28 de junio.
Sin duda que el golpe de Estado fue determinante para dividir al Partido Liberal, la facción "zelayista" mantuvo una fuerte confrontación contra la corriente "elvincista" dirigida por el candidato presidencial Elvin Santos.
Esa marcada diferencia y medición de fuerzas terminó botando a Santos de toda posibilidad de aglutinar al Partido Liberal y convertirse en líder.
La inseguridad social, el retiro de la ayuda económica por más de 100 millones de dólares, los ataques con artefactos explosivos a la empresa privada y medios de comunicación dieron al traste con la tranquilidad de ese pequeño país.
Sumado a eso, pérdidas económicas diarias de entre 35 millones y 39 millones de dólares tiene a los hondureños muy golpeados.
Desde la salida de Zelaya, el 28 de junio, la economía fue severamente afectada, los hondureños tienen que sufrir una contracción económica que afecta a comerciantes y pequeños empresarios que no reciben suficientes ganancias.
El cierre de empresas y despidos de trabajadores luego del golpe aumentó la preocupación y elevó los niveles de inseguridad en el país.
Todo eso abonó para quebrar al liberalismo que terminó dándole paso a la oposición que hábilmente supo aprovechar.
El Partido Nacional llevó la campaña con un mensaje de reconciliación, unidad nacional, más seguridad, trabajo, educación y apoyo a los productores del campo.
El triunfo de Porfirio Lobo por 55,9 por ciento sobre su contendor Elvin Santos, con una diferencia de más de 17 por ciento por primera vez en la historia hondureña, le da una posición privilegiada con escasa oposición en el futuro gobierno que concluirá el 27 de enero de 2014.
A la vez aglutina la voluntad de los hondureños pese a que el depuesto Manuel Zelaya afirma que el abstencionismo fue de 65 por ciento según datos en su poder, que no son oficiales.
Los más recientes informes oficiales indican que Lobo Sosa dominará al menos 75 de 128 diputados del Congreso Nacional, unas 256 alcaldías de 298 en disputa, lo que le da el poder casi absoluto.
Ahora la lucha de "Pepe" Lobo, un potentado agricultor, es lograr el reconocimiento de la comunidad internacional que condiciona su apoyo a la vuelta de Zelaya al poder.
De momento, países como Brasil, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, España, Bolivia, Uruguay, Paraguay y otros, no reconocerán al nuevo gobierno.
Otros como Estados Unidos, Panamá, Perú, Colombia, Costa Rica, Polonia, República Checa, Israel y otros respaldaron los comicios y el resultado.
En rueda de prensa, Lobo Sosa dijo que ha tenido contacto telefónico con varios presidentes del mundo.
"Yo aspiro a que tengamos relaciones cordiales contodos los países del mundo siempre y cuando se respeten las decisiones que se toman en Honduras", enfatizó a periodistas. Fin