China está considerando levantar la restricción de entrada al país para los extranjeros portadores del virus del sida, que ha estado vigente durante dos décadas. La medida se está considerando de cara a la próxima exposición universal que se celebrará en Shanghai el año próximo, y a la que se espera asistan cuatro millones de visitantes extranjeros.
Huang Jiefu, vice-ministro de Salud, anunció la posibilidad de que esto ocurra justo antes del 1 de diciembre, día mundial de la lucha contra el Sida, comentando que “espero que China pueda eliminar esta prohibición completamente y con carácter permanente antes de la Expo Shanghai”.
Huang comentó además que el ministerio de Salud está ya trabajando con otros departamentos gubernamentales para conseguir este objetivo, pero que si no se consigue que la nueva normativa esté lista para el 1 de mayo, que es el día en que se inaugurará la exposición, el gobierno concederá un permiso especial a aquellas personas infectadas del virus para que puedan entrar al país y asistir al evento, como hizo ya durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008.
China es uno de los 70 países en el mundo que deniegan la entrada a personas portadoras del virus, algo que los expertos en el tema dicen que es innecesario y discriminatorio, ya que el virus no puede ser transmitido mediante el simple contacto entre las personas. Además, la última encuesta publicada por UNAIDS muestra como más del 35 por ciento de los funcionarios del gobierno chino discriminan a las personas con sida.
El país impuso esta medida a finales de los años ochenta, después de que el país registrara el primer caso de la enfermedad en 1985. Desde entonces, la gente que entra en el país para una estancia corta debe declarar en la frontera que no padecen la enfermedad, mientras que aquellos que desean quedarse por más tiempo deben someterse a un análisis de sangre, siendo negada la entrada a aquellos que dan positivo en el test.
Li Dun, profesor de la Academia China de Ciencias Sociales, comenta que “en los años ochenta, el gobierno sabía bastante poco sobre la enfermedad, y pensó que la restricción mantendría el virus alejado del país”.
El director de UNAIDS, Michel Sidibe, comentó por su parte que en los últimos años China ha estado dando grandes pasos en la lucha contra el sida y la discriminación que sufren las personas que tienen la enfermedad, a la vez que ha intentado elevar constantemente el nivel de alerta de la población para prevenir la infección.
El director del departamento de prevención y control de enfermedades del ministerio, Hao Yang, comentó que, como parte de estos esfuerzos, la revisión de la ley que regula la entrada de extranjeros portadores del virus se ha estado discutiendo desde 2007, y añadió que “espero que China, uno de los países más visitados del mundo, pueda pronto abrir completamente las fronteras a los extranjeros que padecen esta enfermedad”.