La cifra de personas asesinadas en la terrible masacre de periodistas, civiles y familiares de políticos en el sur de Filipinas aumentó ayer a 57 después de que se desenterraran otros 11 cuerpos en una fosa común.
El teniente coronel Romeo Brawner, portavoz en jefe del ejército, dijo que los cuerpos se encontraron durante la excavación de la fosa situada en la aldea de Saniag de la provincia de Maguindanao.
Los responsables de las excavaciones han confirmado que veintidós de las víctimas eran mujeres y cerca de 20 periodistas, aunque no existe un informe oficial de supervivientes. Las víctimas se dirigían a Amputuan el pasado lunes para registrar a Esmail Mangudadatu como candidato para gobernador para la elección provincial del año próximo cuando un grupo de unos 100 milicianos los detuvieron y dispararon, se cree que con rifles M-16. También se descubrieron heridas de machete en los cuerpos de las víctimas.
El portavoz de la Policía Nacional, el superintendente en jefe Leonardo Espina dijo ayer que la información de la que se dispone hasta el momento indica que tras la masacre se hallan el influyente gobernador de Maguindanao, Andal Ampatuan Sr., y su hijo, el alcalde de Unsay Andal Ampatuan Jr. Al parecer, Mangudadatu se enfrentó a los Amputuans al tratar de competir con Andal Ampatuan Jr. por el cargo de gobernador en la elección del año próximo.
La presidenta Gloria Macapagal-Arroyo impuso el martes el estado de excepción en el área para dar a las fuerzas de seguridad mayor libertad para arrestar y detener a sospechosos. Las autoridades militares ordenaron la desmovilización de cerca de 240 paramilitares que trabajan para la familia Amputuan, los cuales fueron acusados inicialmente de estar involucrados en la matanza. La policía, por su parte, continúa con las investigaciones y no ha detenido a nadie por el momento.
A pesar de que la violencia política es común en las Filipinas, especialmente en Mindanao, una región musulmana que ha registrado décadas de insurgencia y de violencia armada, el asesinato indiscriminado de mujeres, periodistas y partidarios civiles ha consternado profundamente a la nación y a la comunidad internacional.