Cada vez más niños mexicanos estudian chino mandarín como segunda lengua extranjera después del inglés, principalmente por el interés de sus padres en inculcarles el "idioma del futuro".

La conocida expresión entre los mexicanos de que algo "está en chino" para decir que es imposible de entender se ha diluido con el paso de los años.

Desde hace una década ha surgido en México una "fiebre por China" que no sólo abarca el interés por las zonas turísticas de la nación asiática, sino también por su milenaria cultura: bellas artes, gastronomía, artes marciales y, en especial, su idioma.

De acuerdo con el Instituto Confucio de la Ciudad de México, un centro de enseñanza de la lengua y la cultura chinas, en México, la demanda de aprender el idioma "crece cada día", sobre todo desde la celebración de los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008.

Al principio eran adultos con intereses económicos en China quienes estaban deseosos de aprender el mandarín para facilitar los intercambios comerciales. Ahora, ante la modernidad y apertura de China en todos los ámbitos, ese interés se centra en las familias.

El gigante asiático, en otros tiempos un misterioso e inescrutable país, se reveló ante el mundo como una potencia deportiva y una nación emergente deseosa de ser conocida en Occidente. La deslumbrante aparición de una China milenaria y a su vez moderna cautivó a millones de espectadores en todo el mundo, y México no fue la excepción.

La demanda por aprender chino mandarín en México se une al deseo de China de difundir su cultura en el país latinoamericano.

Esas familias que vieron por televisión la majestuosidad de China la reconocen ahora como una nación emergente que recorre el camino para convertirse en una potencia mundial a gran velocidad.

China se presenta ahora como la "nación del futuro" y, con ello, crece la inquietud de conocer más de cerca a este país. Los padres mexicanos pretenden que sus hijos dominen el chino mandarín para que estén preparados ante ese futuro que se acerca a pasos agigantados.

El 22 de noviembre de 2006, el Instituto Cultural Chino Huaxia de México y la Oficina Nacional de China de Enseñanza del Chino firmaron el acuerdo para la Fundación del Instituto Confucio en la Ciudad de México.

El instituto se ha convertido desde entonces en el promotor de la cultura china y el intercambio cultural entre México y China. Actualmente, existen cinco Institutos Confucio en México, dos de los cuales están en la capital del país.

Si bien en principio el Instituto Cultural Chino Xuaxia, en colaboración con la Embajada de la República Popular China en México, tenía como objetivo enseñar el mandarín a los niños chinos de ultramar, actualmente el 90 por ciento de los estudiantes son niños mexicanos de todas las edades.

En el Instituto Cultural Chino Xuaxia la enseñanza del idioma chino se realiza bajo la convicción de que los niños viven una experiencia única a través del aprendizaje del chino mandarín mediante juegos, canciones y actividades dinámicas.

El material didáctico que utilizan los niños incluye libros, discos compactos y cuadernos de trabajo especiales para ellos, para que los pequeños emprendan la tarea de aprender el idioma de forma divertida, apoyados por maestros que tienen como lengua materna el mandarín.

Los docentes no solo les enseñan el significado de las palabras y su caligrafía, sino las tradiciones de la nación asiática.

Los niños mexicanos aprenden lectura y escritura del chino mandarín a través de cuentos, leyendas, versos y cantos infantiles de la tradición china y participan en concursos y festivales donde las bellas artes, deportes y artes marciales de la nación asiática son los temas principales. Para el vicedirector de Desarrollo Cultural del Instituto Cultural Chino Huaxia, Gao Lei, la atracción de los mexicanos por el idioma chino no es una moda, es una preocupación real de los padres de familia por el futuro de sus hijos.

Desde agosto de 2008, con los Juegos Olímpicos de Beijing, hasta la fecha, la cifra de estudiantes en el instituto se ha incrementado en un 40 por ciento, principalmente entre niños de cuatro a 14 años.

Actualmente, el instituto enseña chino a unos 300 niños, de los cuales 50 asisten a la sede en el sur de la Ciudad de México. El resto son alumnos de escuelas particulares que contratan los servicios de los profesores de Xuaxia.

De acuerdo con Gao Lei, esta fascinación de los mexicanos por la cultura china llegó para quedarse y, por ello, el instituto busca nuevas alianzas que le permitan su desarrollo como centro de enseñanza. Aseguró que, mientras más niños mexicanos se interesen por el idioma chino mandarín, más crecerán el Instituto Cultural Chino Huaxia y el Instituto Confucio y, con ello, los lazos de amistad entre México y China. Fin