La casa de Duffys en la zona occidental de Vancouver tiene una puerta pintada de rojo con dos leones de piedra en cada lado. Dentro hay habitaciones decoradas con esmalte tabicado, papel picado, acuarelas, un máscara de la danza del león y otros ejemplos del patrimonio cultural chino.
Los propietarios caucásicos decoraron el lugar para sus hijas, Charlotte de 7 años y Georgia de 5. Adoptadas de entre huérfanos chinos, las dos niñas han sido parte de la sociedad canadiense durante años, pero siguen conservando una fuerte conexión con la cultura de su lugar de nacimiento.
MAS CHINOS QUE FAMILIAS DE LA ETNIA CHINA
Cuando los Duffys decidieron adoptar a un niño, se percataron que había un "llamado natural" para que viajaran a China. Parte de la razón era que la pareja trabajaba en sucursales canadienses de HSBC, un grupo bancario con sede en Londres, donde tenían muchos colegas y clientes hablantes de chino. La cultura china era una parte muy importante de sus vidas y trabajo, dijo Susan.
Cuando Charlotte de 9 meses llegó a su familia en 2003, Susan, en ese entonces de 40 años de edad, hizo un "sacrificio maravilloso" de renunciar a su empleo con HSBC para garantizar que la pequeña bebé tuviera un ambiente de vida estable y lleno de cariño.
Desde entonces, la decoración interior de la casa familiar ha experimentado cambios continuos. Susan y su esposo, Eamon, trajeron bastantes adornos cuando regresaron a Vancouver de sus dos viajes a China para hacer las adopciones. También les gusta ir al barrio chino en Vancouver para comprar muebles y otras cosas de estilo chino.
Su colección está creciendo y todo está a la vista. Para reforzar el estilo chino de la familia, Eamon colocó acuarelas chinas de calendarios usados en las puertas de un armario.
Por eso no es sorprendente que cuando algunos de sus amigos de origen chino visitan la casa, digan "su casa es más china que la mía", dijo Susan. "Tener bastante cultura china en nuestra casa es muy importante", comentó. "Realmente nos gustan todas las cosas chinas que tenemos".
DEFENDIENDO UN PROGRAMA DE INMERSION EN EL MANDARIN
El idioma chino parece ser un obsequio enorme que Susan ha estado tratando de llevar a las niñas. Charlotte ha estado aprendiendo mandarín durante tres años y Georgia durante casi un año. Ellos dedican actualmente cerca de dos horas a la semana a la clase de chino y Susan generalmente se sienta en la clase de chino de Charlotte durante los 20 últimos minutos, tomando notas sobre lo nuevo.
Observa y di es un juego al que les encanta jugar a Charlotte y a Georgia, en la que Susan actúa como maestra, con el fin de practicar chino. Susan muestra a las niñas una imagen tras otra y ellas compiten para decir las palabras en chino de los objetos en la imagen. Algunas veces, ella les ayuda con las respuestas, aunque su pronunciación no es muy buena.
Al percatarse que no es tan fácil que Charlotte and Georgia logren fluidez en chino en un ambiente hablante de inglés y asistiendo a clases sólo una vez a la semana, Susan se unió a unos nueve padres para solicitar vehementemente al Comité Escolar de Vancouver en los dos años pasados un programa de inmersión en el mandarín en el sistema de escuelas públicas, empezando en el jardín de niños.
El grupo representa a unos 140 padres y a sus 250 hijos y espera que el programa empiece en septiembre de 2010. Ella dijo que el comité aceptó en principio la propuesta y que está trabajando en el curriculum escolar, el financiamiento y en los maestros y ubicación posibles de la escuela.
"UNA HERMOSA NIÑA CHINA"
Aunque el programa de inmersión en el Mandarín está pendiente en la escuela, los Duffys ya han tenido su propia inmersión en la cultura china en su familia. Ellos celebran importantes festivales chinos con Charlotte y Georgia, incluyendo la participación en desfiles en el Barrio Chino durante el Festival de Primavera, y admirar la luna durante el Festival de Medio Otoño. Incluso celebran el Día de la Amistad China. En esas ocasiones a Susan le gusta contarles a las niñas leyendas chinas sobre sus orígenes.
Como a las niñas les gusta la comida, Susan ha logrado un sólido progreso para cocinar platillos chinos. Ella puede preparar una mesa de comida china tradicional para el Festival de Primavera, que incluya pescado al vapor, fideos, camarones agridulces, bocadillos y otras cosas.
Es importante que las niñas tengan una combinación de tradiciones chinas y tradiciones norteamericanas, comentó Susan, añadiendo que "ellas podrán ver y elegir por sí mismas cuando sean mayores".
Los Duffys coinciden en que Charlotte y Georgia estén cómodas con su identidad especial y orgullosas de quiénes son. Como Eamon recuerda, una mañana cuando él y Charlotte estaban en el baño y se miraron juntos al espejo, él le preguntó a ella: "¿qué ves en el espejo?" y Charlotte sólo respondió: "yo veo a una hermosa niña china", Eamon opina que eso fue "muy hermoso".
Eamon mencionó que cuando los occidentales adopten niños chinos, es muy importante que ellos sigan siendo chinos. Si Charlotte y Georgia crecen y regresan a China por alguna razón, él espera que la cultura y la herencia chinas que aprenden ahora las haga sentir cómodas allá.
De hecho, los Duffys están considerando viajar a China cuando las niñas crezcan. Esperan hacer el primer viaje en otoño del 2010. Fin