El presidente haitiano René Préval nombró primer ministro a Jean-Max Bellerive, medida con la cual busca sortear la crisis política que se desató en ese país tras la destitución de Michele Pierre-Louis por parte del Congreso.

Bellerive, quien se desempeñaba como ministro de Planificación y Cooperación Externa, reemplazará a Pierre-Louis, quien fue removida del cargo tras un virulento debate parlamentario de 10 horas el pasado viernes.

La resolución para remover a Pierre-Louis fue aprobada por 18 legisladores en el Senado de 29 miembros, con lo cual se cumplió el requisito de una mayoría simple, a pesar de que los opositores a la medida boicotearon la votación.

La propuesta de Bellerive recibió pronta aceptación por parte de los representantes de los poderes Ejecutivo y el Legislativo, luego de una reunión entre el presidente Preval y los titulares del Senado y la Cámara, Kelly Bastien y Levaillant Louis-Jeune, respectivamente.

El nuevo primer ministro, calificado de tecnócrata, estará encargado de solventar las deficiencias que le achacan al equipo de la sexagenaria Pierre-Louis, quien nunca gozó del beneplácito de la mayoría legislativa.

Otro factor detrás de la rápida aceptación de Bellerive fue la necesidad de preservar la estabilidad política lograda durante la gestión de la defenestrada primera ministra, designada tras violentas protestas sociales de abril de 2008 que dejaron varios muertos, heridos y daños materiales en varias zonas de Haití.

En esa oportunidad, tras la cesantía del entonces premier Jacques Edouard Alexis, los candidatos Eric Pierre y Robert Manuel fueron rechazados por los senadores, quienes al final negociaron con reticencia la designación de Pierre-Louis, a quien consideraron el menor de los males.

Tras 16 meses de gestión la primera ministra fue destituida, debido a que los legisladores criticaron su desempeño en la recuperación económica de Haití, criticas encabezadas por senadores del propio partido de Preval.

Sin embargo, la intención de desautorizar su gestión quedó evidenciada en el hecho de que no se mencionó en la interpelación la causa del voto de censura, el mal uso de 197 millones de dólares desbloqueados para paliar los daños por el paso de cuatro ciclones a finales de 2008.

Pierre-Louis rechazó las acusaciones, al señalar que no usó de manera efectiva esos millones puestos a su disposición a través de un acuerdo de descuento petrolero con Venezuela para reparar edificios y caminos dañados durante las tormentas que azotaron al país el año pasado.

Economista de profesión, profesora de la Universidad Quisqueya de Puerto Príncipe y amiga personal de Preval, la primera ministra asumió el cargo el 5 de septiembre de 2008 con el compromiso de relanzar la maltrecha economía de Haití, el país más pobre de América.

La economista fue la segunda mujer en ocupar el cargo de primera ministra en la historia de Haití, un país que incluso tuvo una presidenta, Ertha Pascal-Trouillot, en 1990.

La anterior primera ministra, Claudette Werleigh, fue nombrada en 1995 por el entonces presidente Jean-Bertrand Aristide.

Nacida en la localidad de Jeremie, en el suroeste del país, en octubre de 1947, Pierre-Louis dirigió desde 1995 la Fundación Conocimiento y Libertad (Fokal), de la cual es miembro fundadora.

Fokal ocupa un lugar destacado en la sociedad haitiana por su acción cultural y social, al contar con apoyo del Instituto para una Sociedad Abierta del magnate George Soros.

En el gobierno de Pierre-Louis figuran otras mujeres, como las ministras de Condición Femenina, Marie Laurence Jocelyn Lassegue, de Asuntos Sociales, Gabrielle Prévilon Beaudin, y de Comercio, Marie Josée Garnier. Además de dirigir Fokal, Pierre-Louis desarrolló una intensa actividad como analista y escritora, además de obtener un doctorado honoris causa por el St. Michael's College de Vermont, Estados Unidos, y el premio Trailblazer 2007, otorgado por la organización estadounidense Diálogo sobre la Diversidad. Se estima que 70 por ciento de la población en Haití sobrevive con menos del equivalente a dos dólares al día.

El país fue azotado el año pasado por cuatro huracanes y tormentas tropicales, los cuales causaron centenares de muertos y destrucción de cultivos e infraestructura. Fin