Al menos 1.800 comunidades bolivianas, entre ribereñas y adyacentes de los departamentos de Pando y Beni, corren el riesgo de ser inundadas producto de la construcción de dos mega-represas hidroeléctricas brasileñas en el Río Madera.
La vicepresidenta del Foro Boliviano Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade), Evelín Mamani, explicó que impulsará el lunes una denuncia en la 137 sesión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para sea atendida por este gran riesgo.
Según Mamani, más de 800 comunidades ribereñas y mil comunidades adyacentes al fronterizo río Madera del oriente de las regiones de Pando (norte) y Beni (noreste) pueden inundarse por la construcción de estas represas.
En declaraciones a radio Árbol indicó que los efectos de la construcción de represas son comprobados para Bolivia, porque el caudal que se generará implicará la inundación de tierras tituladas de comunidades indígenas y campesinas.
"Inclusive en las previsiones de la misma evaluación de impacto ambiental de Brasil se prevé una inundación en un margen del 5% para el Perú, por eso son impactos transfronterizos ambientales y trinacionales, que al margen del tema ambiental, implica vulneración de derechos humanos, el derecho a la propiedad individual y colectiva", aseguró.
Las conocidas represas del Madera, aquellas dos que se hallan en proceso de construcción en aguas del Madeira, cuyos impactos trascienden las fronteras poniendo en peligro a cientos de comunidades ribereñas en Bolivia (Pando y Beni), no sólo han generado atención de las organizaciones sociales y movimientos socio-ambientales del mundo, sino de ONGs, organizaciones regionales del Sur, redes de abogados del sistema interamericano y academias en general.
Mamani dijo que debe comprenderse que casos como las represas del Madera son problemáticos, que van más allá del "reparo ambiental", van por los "reparos" humanos de garantía de derechos en el alcance y significado que implica cada derecho, con las debidas medidas políticas que todo Estado debe viabilizar. Fin