El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó ayer la autorización de un presupuesto de 680.000 millones de dólares para el área de defensa con el que marca una transición en el gasto de defensa de la guerra convencional a los conflictos pequeños y que permite al Pentágono ampliar su operación de inteligencia.
Entre los fondos totales autorizados por esta ley, 550.000 millones de dólares serán para el Pentágono y los programas de seguridad nacional del Departamento de Energía y los 130.000 millones de dólares restantes serán utilizados para apoyar los esfuerzos de guerra en Irak y Afganistán. Con esta iniciativa, los programas más costosos para las guerras convencionales como el avión caza F-22, el helicóptero presidencial VH-71 y el avión de carga C-17 fueron dados por terminados.
Por otra parte, los programas diseñados para combatir guerras pequeñas obtuvieron más fondos, entre ellos los vehículos resistentes a las minas, los aviones no tripulados y los buques de combate de litoral. Sin embargo Obama no obtuvo todos los recortes que deseaba con la iniciativa. El presidente había amenazado con vetar la legislación sólo si se incluía el financiamiento para un motor adicional para el caza F-35, que fue sin embargo aprobado por el Congreso.
La iniciativa además incluye la controvertida Ley para la Prevención de los Crímenes de Odio también conocida como la iniciativa Matthew Shepard, el nombre de un adolescente de Wyoming asesinado en 1998 porque era homosexual. Dicha ley brinda apoyo adicional para las fuerzas del orden y los fiscales locales para que persigan los crímenes violentos motivados por la religión, el color, el género o la orientación sexual de la víctima.