El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, afirmó la noche del lunes que el gobierno golpista de Honduras sufre de "un estado de sordera" con relación a la comunidad internacional.
En conferencia de prensa en la cancillería brasileña, Amorim subrayó el endurecimiento del régimen de facto con el "seudoultimátum" dado con relación a la embajada brasileña y el rechazo a la entrada de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) Honduras.
"Los dos hechos son graves porque demuestran que hay casi un estado de sordera de las autoridades de facto con relación a lo que ha dicho la comunidad internacional", señaló el jefe de la diplomacia brasileña.
"Hay una total falta de receptividad porque no recibir (a la misión de la OEA) es una total negativa al diálogo y a la solución pacífica", agregó.
Amorim envió el lunes una segunda carta al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) manifestando preocupación con las amenazas del gobierno interino de Roberto Micheletti contra la embajada brasileña y para solicitar que el órgano siga de cerca los hechos en Honduras.
Este fin de semana, el gobierno de facto dio un plazo de diez días para que Brasil defina el status jurídico del abrigo a Zelaya, amenazando que de no recibir respuesta satisfactoria, retiraría el status diplomático a la embajada.
"El ultimátum sobre el status de la misión brasileña denota, además de un total descuido sobre el derecho internacional, una incomprensión con relación a la situación, en que Brasil, por una situación que no creó, prácticamente se volvió guardián de un presidente democrático y legítimo de un país", dijo.
El canciller resaltó que retirar a sus diplomáticos de la embajada sería la solución más fácil, pero que Brasil continuará defendiendo la democracia.
"No podemos hacer eso porque sería primero un gesto de cobardía y segundo un gesto irrespetuoso a la propia democracia y un incentivo a otros golpes de Estado en el continente, cosa que nosotros no podemos hacer", dijo.
Amorim conversó durante el día con el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, a quien pidió más presión sobre el gobierno de facto; con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y con la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, para analizar la situación en Honduras. Fin