El gobierno de facto de Honduras fustigó al gobierno de Brasil por permitir que desde su embajada en Honduras realicen llamados de apoyo al depuesto presidente, Manuel Zelaya.
En un comunicado, la cancillería dijo que es "inaceptable la conducta de tolerancia del gobierno brasileño de permitir que desde su embajada en Tegucigalpa se hagan llamados de insurrección y movilizaciones en apoyo al depuesto presidente, Manuel Zelaya, prófugo de la justicia hondureña".
Agregó que "tal injerencia en los asuntos privativos de los hondureños resulta condenable y por tal motivo se protesta la misma de manera enérgica, lo que constituye una flagrante violación del derecho internacional".
Según la nota, la provocación que se realiza desde los locales de esa representación de Brasil, es contraria a las normas del derecho diplomático y convierte a la misma (embajada) y a su gobierno, en responsables directos de los actos violentos que se puedan suscitar dentro y fuera de ella.
También informó que el Estado de Honduras, procederá como una medida de prevención, a brindar la seguridad a las personas y los bienes que permanecen en la sede.
Zelaya llegó sorpresivamente a Honduras y se alojó en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde llegaron miles de sus partidarios a exigir su restitución al poder.
El gobernante cumple hoy 86 días de haber sido derrocado por militares y enviado a Costa Rica.