El comisionado en Colombia para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Cristian Salazar, dijo hoy que fueron siete los niños asesinados durante una masacre de 12 indígenas en los límites ecuatorianos.

Durante su visita a la región para observar las investigaciones, Salazar calificó la acción como una matanza de impresionantes dimensiones debido al número de menores de edad asesinados a sangre fría, ante lo cual se comprometió a acompañar hasta el final a la comisión que indaga los hechos.

"No fueron cuatro ni cinco, como se indicó inicialmente, sino siete (niños), lo que representa una nueva dimensión del ataque contra la etnia awá", señaló el delegado de Naciones Unidas.

El pasado miércoles se registró una matanza en la reserva indígena Gran Rosario, en el departamento de Nariño, en el suroeste de Colombia, cerca de la frontera con Ecuador.

Salazar llegó hasta el resguardo Gran Rosario para recorrer la zona, hablar con los pobladores y observar las labores de la fiscalía que investiga la masacre .

Después de entrevistar a los afectados por el crimen, el comisionado pidió al Estado colombiano protección para un niño de 10 años de edad y un joven de 19 que sobrevivieron a la masacre, así como para sus familiares.

Los fallecidos eran integrantes de una misma familia y su muerte obedeció, al parecer, por la denuncia que interpuso la madre tras el asesinato de su esposo en mayo pasado por presuntos miembros del ejército colombiano.

Los líderes indígenas colocaron este sábado los féretros con los cadáveres sobre la vía Panamericana que comunica esa región con el centro, como una forma de llamar la atención para que el crimen no quede impune. Fin