Al entrar en la sala, lo primero que llama nuestra atención sobre las obras es el color, la fuerza que inspiran, las formas enérgicas, la luz, la intensidad expresiva que desprenden. Contemplamos obras de una gran madurez formal y de gran sensibilidad. Sus autores tienen síndrome de Down, y estas obras son su forma de ver la vida y el mundo.
Numerosas personas se dieron cita en la tarde de ayer en la embajada de México en Beijing para asistir a la inauguración de la exposición ‘Colores del Viento’, organizada por la Escuela Mexicana de Arte Down de la Fundación John Langdon Down.
El acto contó con la presencia del embajador mexicano en China, Jorge Guajardo, y de Zhang Baolin, director ejecutivo de la Asociación China para las Personas con Necesidades Especiales y sus Familias, así como representantes diplomáticos de otras delegaciones y aficionados al arte.
La fundación J.L. Down, creada el 3 de abril de 1979 por Sylvia G. Escamilla, se dedica a favorecer la mejora de la calidad de vida de las personas con síndrome de Down y sus familias, mediante la asistencia educativa, psicológica y médica.
Al amparo de la Fundación, nació la Escuela Mexicana de Arte Down, una iniciativa que ha visto cumplidas con creces sus expectativas iniciales. Con más de 400 obras artísticas, la escuela cuenta con un amplio reconocimiento a todos los niveles, fruto del esfuerzo y la convicción de quienes la integran y que la han convertido en todo un referente.
Zhang señaló que el talento de las personas discapacitadas “puede desarrollarse plenamente si cuentan con la atención y comprensión de la sociedad, la asistencia de los profesionales y el apoyo de las instituciones”.
Las obras no están en venta bajo ningún concepto; sólo se ofrecen al visitante como medio para concienciar sobre la realidad de las personas con este síndrome y para eliminar las barreras sociales mediante la constatación de la suma valía de su trabajo y sus habilidades.
La escuela ha realizado ya numerosas exposiciones a nivel internacional, en ciudades de Norteamérica y Europa, así como en Japón, cosechando en todas estas ocasiones un gran éxito y aceptación por parte del público. Tras ese periplo, la muestra llega finalmente a Beijing.
Los óleos, acrílicos, pasteles y grabados expuestos en la sala, algunos de grandes dimensiones, dan cuenta de la enorme creatividad y la profunda sensibilidad de sus autores y nos hacen comprender que la emoción artística no conoce límites y que en ella no caben el fatalismo ni los prejuicios.
Además de los cuadros procedentes de la escuela mexicana, en la sala también se exponían dos obras de autores discapacitados chinos, ganadoras del Premio Nacional de la Exposición de Arte de Personas Discapacitadas de China en 2006.
Tanto Zhang como el embajador Guajardo coincidieron en señalar que los trabajos expuestos simbolizan la amistad entre China y México.
“La diseminación de programas culturales y educativos entre los dos países ha creado una gran atmósfera de amistad y comprensión”, dijo el embajador mexicano. La muestra es también un preludio de los actos que jalonarán el Año de México en China, que habrá de celebrarse en 2010.
La exposición ‘Colores del Viento’ permanecerá abierta al público en la embajada de México en Beijing hasta el próximo día 23 de agosto.
Por Manuel Pavon