La creación de un nuevo marco regulatorio para la explotación del campo de petróleo conocido como pre-sal en Brasil se complicó ante la falta de acuerdo en el grupo interministerial encargado de hacer las propuestas.

El ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, citado hoy por la prensa local, aseguró que aún existen divergencias en cuanto a la distribución de "royalties" (compensaciones) a estados y municipios y sobre la creación de un fondo soberano con los recursos originados en la explotación.

Anteriormente, el ministro había afirmado que el proyecto sería sometido al presidente Luiz Inácio Lula da Silva el miércoles, después de casi dos años de preparación en la comisión interministerial.

Lobao no explicó si el presidente recibió un anteproyecto o más de uno, con soluciones alternativas, pero adelantó que Lula consultará a líderes sindicales, empresarios y políticos antes de definir el proyecto que será enviado al Congreso Nacional.

En la reunión mantenida con el presidente brasileño participaron, además de Lobao, la ministra de la Casa Civil, Dilma Rousseff, y el ministro de Planeamiento, Paulo Bernardo.

El abogado general de la Unión, Antonio Dias Toffoli, y los presidentes de la semiestatal Petrobras, José Sergio Gabrielli, y del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Luciano Coutinho, los acompañaron.

También estaban presentes, en representación del Ministerio de Hacienda, sus secretarios del Tesoro Nacional, Arno Augustin, y de Política Económica, Nelson Barbosa.

En principio, el gobierno debe enviar al Parlamento tres proyectos de ley, uno sobre el régimen de explotación, basado en la producción compartida (en que la mayor parte será del Estado), y otro sobre la creación de una nueva empresa estatal para administrarla.

El tercer proyecto creará un fondo, alimentado con los recursos del petróleo, destinado a proyectos sociales. No hay acuerdo acerca de si se crearía otro fondo soberano para invertir parte de esos recursos.

Tampoco está clara cual será la participación efectiva de la semiestatal Petrobras en los proyectos de explotación que estén a cargo de otras empresas, aunque ya está definido que la tendrá, en todos los casos. Fin