El arresto y derrocamiento del presidente hondureño Manuel Zelaya han provocado el rechazo inmediato de la comunidad internacional, con los países miembros del ALBA, la OEA, la ONU y Estados Unidos en primera línea.
Los hondureños amanecieron en incertidumbre y temor al enterarse en la mañana que Zelaya fue detenido, trasladado en ropa de dormir a la Fuerza Aérea y luego exiliado en Costa Rica.
Las diferencias con la Corte Suprema de Justicia, el Congreso Nacional, las Fuerzas Armadas y el Tribunal Supremo Electoral, dieron al traste con el intento de convocar el domingo a una consulta para solicitar una reforma a la constitución política.
En pocas horas de haber sido detenido, las protestas de simpatizantes de Zelaya no se hicieron esperar en casa de gobierno, pese al corte de fluido eléctrico y el cierre de transmisiones de los medios de comunicación.
Paralelamente, el Congreso Nacional, recibió una renuncia de Zelaya, de la cual el presidente dijo "yo nunca he renunciado ni nunca voy a usar ese mecanismo cuando he sido presidente electo por el pueblo".
También el legislativo justificó la revocación de Zelaya por "reiterado desacato a la constitución" y no respetar dictámenes de los órganos de justicia en cuanto a la ilegalidad de la consulta.
El nuevo presidente, decretó un estado de sitio de 48 horas desde las 21:00 horas (02:00 GMT) hasta las 6:00 horas (12:00GMT).
Además, anunció la destitución de la canciller Patricia Rodas y en su lugar nombró al veterano político y fuerte crítico de Zelaya, Enrique Ortez Colindres.
En la mañana, se informó de la detención de ocho de los ministros de Zelaya, entre ellos la canciller Rodas de quienes no se conoce su paradero.
El resto de funcionarios, anunciaron a través del ministro de la presidencia, Enrique Flores lanza, una "resistencia civil pacífica", ante lo que él llamó un "zarpazo a la democracia"
Micheletti, un veterano político de 66 años asume el reto de aplacar la crítica internacional y según políticos afines a él "rescatar la democracia" que se había perdido.
El nuevo gobernante tiene la primera prueba de fuego mañana cuando se realice en Nicaragua la reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) con la asistencia de países del ALBA, donde ya se anunció el rechazo al derrocamiento de Zelaya y la solicitud para restablecerlo en el poder.
El presidente venezolano Hugo Chávez hizo un llamado a respetar el orden constitucional porque no van a poder detener los cambios. La agresión contra Honduras, es una agresión contra todos los pueblos y gobiernos que estamos propiciando esos cambios.
Por su parte, el anfitrión del encuentro del ALBA, Daniel Ortega, al darle la bienvenida a su colega, Hugo Chávez, dijo que en el encuentro del ALBA se producirá con la "firme decisión de defender la paz, la dignidad y la soberanía de nuestros pueblos y particularmente la institucionalidad".
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ha convocado para el domingo una reunión urgente del Consejo Permanente del organismo para analizar la crisis en Honduras.
Insulza demandó a la comunidad internacional que se una en contra del hecho el cual él calificó como una "grave alteración del proceso democrático del continente (americano)".
El presidente de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el nicaragüense Miguel D' Escoto, "condena de forma clara, rotunda e inequívoca los acontecimientos que tienen lugar en estos momentos en Honduras, que suponen un quebrantamiento de la legalidad constituyente y democrática".
Por su parte, el presidente estadounidense Barack Obama, expresó el domingo su profunda preocupación por la detención y expulsión del presidente hondureño, José Manual Zelaya, por tropas del ejército del país.
En una declaración, Obama hizo un llamado a todas las partes en Honduras a respetar las normas democráticas y el mandato de la ley, y a que "cualquier tipo de tensiones y disputas existentes, deben resolverse pacíficamente a través del diálogo libre de cualquier interferencia externa." Fin
