Acosados por la crisis mundial y la implacable guerra económica de Estados Unidos, los cubanos se aprietan el cinturón para ahorrar combustibles, recurriendo incluso al regreso de los molestos "apagones".
Desde inicios de este mes, el gobierno aplica un estricto programa de ahorro que incluye cortes de electricidad a las empresas que no cumplan los planes de consumo.
Las autoridades insisten en que se tratará de preservar el servicio al sector residencial, pero los apagones se han convertido en la peor molestia de la crisis económica ya que recuerdan los largos y molestos cortes de energía al inicio de la década pasada.
Los apagones son símbolo del Período Especial, dicen los cubanos.
Ello les recuerda la crisis en los inicios de los años 90 del siglo pasado generada por la desaparición del bloqueo socialista europeo, principal socio comercial de Cuba, y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense.
Según el director general de la Unión Eléctrica, Vicente de la O, ahora las autoridades concentran esfuerzos en el sector estatal, responsable en gran medida del sobreconsumo eléctrico reportado durante los meses de abril y mayo.
Sin embargo, "el sobreconsumo energético que registró el país en los últimos meses se redujo en 80 por ciento, gracias a la medidas de ahorro", dijo De la O.
En abril y mayo el sobreconsumo nacional fue de 63.000 toneladas de petróleo, y según De la O.
"Hay un potencial de ahorro conservador de entre 10 y 15 por ciento", consideró el directivo, de acuerdo con inspecciones efectuadas en todo el país para detectar despilfarros o consumos innecesarios.
El funcionario reveló que producir un kilowatt-hora cuesta al país 11 centavos de dólar y que, en promedio, a cada familia cubana le cuesta sólo 25 centavos de peso (un centavo de dólar).
También consideró beneficiosa influencia que ha tenido en el gasto de combustible la sustitución de equipos domésticos por otros más ahorradores y dijo que de no haberse tomado esas y otras medidas, se hubiera consumido a la fecha casi el doble de lo que se gastó.
Para mantener el crecimiento económico desde 2005 hasta la fecha, la isla hubiera tenido que consumir siete millones 600.000 toneladas más de combustible, cifra equivalente al 50 por ciento de las necesidades en este año.
De la O recordó que la batalla por la eficiencia en los hogares cubanos comenzó en 2005 con el cambio de juntas de refrigeradores, cafeteras y ollas. A la fecha se han sustituido cerca de 15 millones de lámparas y equipos electrodomésticos ineficientes.
"Más de nueve millones de lámparas incandescentes fueron reemplazadas en las viviendas, también un millón de ventiladores y además equipos de bombeo de agua y televisores", añadió.
También jugó su papel en los resultados la rehabilitación de las redes de transmisión y distribución y el rediseño de la tarifa para estimular el ahorro, aunque el costo del kilowatt hora de generación es subsidiado por el Estado.
De la O aseguró que el consumo promedio en los hogares cubanos se ha mantenido prácticamente invariable luego de la distribución de equipos como los módulos de cocina.
Ello significó un aumento considerable de la calidad de vida de la población, cuyo 80 por ciento utilizaba querosene para cocinar sus alimentos.
De la O señaló que el Plan se venía cumpliendo en el sector estatal hasta el primer trimestre del año, cuando en abril el consumo se disparó y a mediados de mayo hubo que adoptar medidas restrictivas. El director de la Unión Eléctrica recordó que Cuba ha sido afectado seriamente por la caída de los precios o los niveles de venta de productos como el níquel, la pesca, el tabaco, o el turismo.
Ahora, las autoridades mantienen un monitoreo estricto del consumo de cada provincia para determinar los cortes de energía y tratar de que el país consuma sólo lo previsto, sin tener que hacer erogaciones adicionales para comprar combustibles.
Cuba produce unos cuatro millones de toneladas anuales de combustibles, con lo que cubre la mitad de sus necesidades energéticas, por lo que tiene que recurrir a la importación.
Mediante convenios establecidos a finales de 2004, Venezuela suministra a precios preferenciales unos 90.000 mil barriles diarios de petróleo a Cuba, que los paga con servicios médicos, becas y otras prestaciones. Fin