Con el restablecimiento oficial de las relaciones diplomáticas entre Cuba y El Salvador, América Latina puso fin a la política de aislamiento a que fue sometida la isla durante casi medio siglo.
El canciller salvadoreño, Hugo Martínez, y el vicecanciller cubano, Alejandro González, tuvieron a su cargo, la víspera, la histórica firma del acuerdo en San Salvador, con la presencia del nuevo mandatario del país centroamericano, Mauricio Funes.
"Es un acto que conlleva que El Salvador esté a la altura de los tiempos y se supere la deuda histórica con Cuba... un paso que se debió haber dado hace mucho tiempo. En ningún momento se debieron interrumpir las relaciones con Cuba", dijo Martínez.
El vicepresidente del Consejo de Estado cubano, Esteban Lazo, quien presidió la delegación de la isla a la toma de posesión del nuevo gobierno, el lunes último, expresó que "este hecho es la victoria de un pueblo que ha sido capaz de superar las presiones y amenazas para elegir con la mente y el corazón".
Momentos antes de la rúbrica del acuerdo, durante la ceremonia de asunción, Funes se declaró decidido impulsor de la unidad regional y anunció el inmediato restablecimiento de los lazos diplomáticos, comerciales y culturales con "la hermana república de Cuba".
Funes, quien llegó al gobierno como candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), cumplió así su promesa electoral, luego de derrotar a la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) en las elecciones de marzo último y poner fin a 20 años de la derecha en el poder.
El Salvador rompió relaciones con Cuba en 1961, cuando Estados Unidos, en plena guerra fría con Moscú, presionó a los países del área a cortar los vínculos diplomáticos con La Habana por sus nexos con la Unión Soviética y China.
Como parte de la campaña de aislamiento, la mayor de las Antillas también fue expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1962, pues la mayoría de las naciones miembros consideraron que el sistema socialista de Cuba era incompatible con los principios del grupo.
Con una política de solidaridad por parte de Cuba y la aparición de gobiernos de izquierda en América Latina, el muro del aislamiento sobre la isla se debilitó y a comienzos de este año sólo Costa Rica y El Salvador entre los países del área mantenían rotas las relaciones con La Habana.
En marzo último, el presidente costarricense, Oscar Arias, restableció los lazos con Cuba, rotos en septiembre de 1961, tras argumentar que "hoy el mundo es diametralmente distinto a lo que era en aquellos días".
Con la decisión ahora de El Salvador, Cuba vuelve a tener el reconocimiento de todos los países latinoamericanos, que además reclaman en bloque a Estados Unidos el levantamiento del bloqueo económico, financiero y comercial contra la ínsula.
Para el vicepresidente y ministro de Educación de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, la ruptura con la isla fue "uno de los más graves errores" de la política exterior de su país.
A pesar de que no existían vínculos bilaterales, 515 jóvenes salvadoreños se graduaron en Cuba en los últimos años y más de 800 se capacitan hoy en la isla, la mayoría de ellos como profesionales de la salud.
Para La Habana, la reanudación de los lazos con San Salvador deviene la consolidación de una exitosa labor diplomática, mientras que para El Salvador podría significar el inicio de una serie de programas sociales con apoyo cubano.
Del otro lado queda Estados Unidos, obligado a recomponer su política hacia la isla en momentos en que Latinoamérica en pleno se pronuncia por un diálogo entre ambas partes, así como por la reinserción de Cuba en la OEA. Fin