La actual crisis económica internacional ha subrayado la necesidad de un "nuevo acuerdo" para el desarrollo que se dirija tanto al cambio climático como a la pobreza, informó el martes en este lugar la jefa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Helen Clark.

La actual inestabilidad financiera a nivel global es la más profunda que se ha vivido desde hace décadas, y está agravando los efectos de los altos precios de alimentos y energía, lo cual causó que hasta 200 millones de personas cayeran dentro de la pobreza extrema durante los años recientes, señaló Clark, quien entró en funciones como administradora del PNUD en abril.

"Aquellos que son los menos responsables de la crisis deben aguantar lo peor del impacto en el largo plazo", declaró frente a la sesión anual de la junta ejecutiva del PNUD y el Fondo de Población de la ONU (UNFPA).

Al mismo tiempo, la gente más pobre del mundo es también la más afectada por el cambio climático, relacionado con el uso insostenible de los recursos naturales por parte de la comunidad internacional, anotó Clark al dirigirse por primera vez a la junta ejecutiva desde que tomó el cargo.

"Estos problemas globales reflejan nuestra interdependencia y requieren de soluciones mundiales", agregó Clark, quien instó a un sistema mutilateral diseñado para mejorar el estándar de vida de la gente que es más vulnerable, y asegurar que sus voces sean tomadas en consideración por quienes hacen las decisiones.

La crisis financiera amenaza con hacer retroceder los avances obtenidos para materializar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), ocho ambiciosas metas antipobreza con plazo en 2015.

Por ejemplo, algunas de las naciones africanas subsaharianas llevan camino de lograr algunos, no todos, de los ODM para 2015, y la recesión podría elevar el número de personas que viven en pobreza extrema en la región, informó la ex primera ministra neozelandesa.

A pesar de los compromisos de ayuda para Africa hechos por los países donantes, las promesas siguen sin cumplirse, añadió Clark, expresando su esperanza de que este año el Grupo de los Ochos países más industrializados del mundo (G-8) movilice sus recursos.

La respuesta global ante el cambio climático también debe unirse al desarrollo, expresó la funcionaria. Se espera que los países concluyan más adelante durante este año en Copenhagen un nuevo pacto sobre la reducción de las emisiones de los gases de efecto invernadero, para que reemplace el protocolo de Kioto, cuyo primer periodo de compromiso termina en 2012.

"Con este fin, el PNUD debe intensificar su trabajo este año para apoyar a los países en desarrollo a que logren un resultado en diciembre en Copenhagen que sea coherente al diseñar un sendero sostenible para salir de la pobreza y lograr los ODM", agregó Clark, quien finalizó indicando que "el trato que sea pactado en Copenhagen debe ser también un pacto de desarrollo". Fin